Se trata los drones especialmente pensados para seguirnos y captar cada paso que demos. El precursor de esta moda es Lilly, un dron equipado con una cámara al estilo GoPro (12 Mpx, 1080p y 60 fps) que sigue a su usuario con un rastreador GPS en la muñeca, gracias al cual detecta todos sus movimientos. Además de no perderse nada de lo que hagas, se acercará o alejará según el momento y la actividad que estés realizando.

Para activarlo solo hay que lanzarlo al aire, y para pedirle que aterrice, pulsar un botón en la pulsera de control. Fabricado por Lilly Robotics, no estará a la venta hasta febrero de 2016, pero ya puedes encargarlo en lily.camera desde 475 €. Hasta entonces, hay algunos modelos en el mercado que, aunque no están pensados para eso como el Lilly, pueden permitirnos hacernos selfies aéreos. Más de andar por casa es el Parrot Bebop (parrot.com, 499 €) y otro, algo más profesional, el Phantom 3 (dji.com, 1.099 €).

DATOS:

1839 el fotógrado Robert Cornelius se hizo el primer selfie de la historia.

8 fotos se toman de media antes de publicar un selfie en las redes.

Lilly

Su localizador de pulsera, además de nuestra posición, informa al dron de nuestra velocidad y trayectoria gracias a su acelerómetro y sensores de posición.

Phantom 3

Fabricado por los chinos de DJI, este es su primer modelo para todos los públicos. Tiene una cámara 4K y se controla con una app de iOS y Android.

Nixie

Desarrollado por investigadores de la Universidad de Stanford, este dron se lleva en la muñeca a modo de pulsera, desde donde puedes soltarlo en cualquier momento para que te retrate.

Parrot Bebop

El último dron del fabricante francés tiene conexión WiFi y puede manejarse con un mando o usando el teléfono móvil. Tiene una cámara de 14 megapíxeles parecida a la Sony Action Cam.