Con vaso y todo

Así podrás apurar tus cócteles favoritos gracias a la idea de Chelsea Briganti y Leigh Ann Tucker, las fundadoras de Loliware. Sus coloridos vasos  están hechos de algas, edulcorantes naturales, y aromatizantes y colorantes de frutas y verduras. Los ofrecen en cinco variedades de tono y sabor: cítricos, cereza, té verde, vainilla y neutro. Con ellos quieren contribuir a reducir los 25.000 millones de vasos de plástico que cada año terminan en los basureros de Estados Unidos. Además, muy pronto ampliarán su oferta con otros tamaños y formatos, pajitas e incluso botellas comestibles.

Hecho para ti

La última forma de conquistar al cliente es dedicarle toda la atención con un envase personalizado. Como este de sopa de tomate Heinz con la inscripción “Ponte bien pronto, mamá”. ¿Qué hijo se resistiría a ganar puntos con un regalo tan sencillo? La tendencia que irrumpió a lo grande en el mercado con las latas de Coca-Cola con nombres propios ha arrastrado a otras grandes marcas. Algunas, como las salsas HP y los caramelos Tictac, incluso han convocado en la red concursos de diseño de envases entre los consumidores.

Reclamo publicitario

Los fabricantes se han dado cuenta de que sus envoltorios pueden rentablilizarse como espacios publicitarios. Cada vez es más frecuente verlos adaptados a promociones puntuales. Una de las últimas: los caramelos Tictac de plátano disfrazados de minions. Incluso han redondeado el envase para adaptarlo a la silueta de los personajes, cuyas caras también van impresas en los dulces. 

Libro para beber

La falta de salubridad del agua es uno de los problemas sanitarios más graves en muchos países. Para concienciar a la población de la necesidad de depurarla, la ONG pAge Drinking Paper ha creado un libro en el que explica las razones y cómo hacerlo. Pero no se quedan en la teoría. Las propias páginas del libro pueden utilizarse como filtros, ya que sus nanopartículas de plata matan los microbios. De momento, el producto está en fase de desarrollo a cargo de  estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon. Para completarlo, hay abierta una campaña de financiación en pagedrinkingpaper.com
Después de leerla, cada página puede fijarse a un colador para depurar el agua.

Arroz encerado

En el estudio Tomorrow Machine, con sede en Estocolmo y París, quieren usar la tecnología para mejorar el mundo. Y pensaron que los envases debían vivir lo mismo que sus contenidos. Por eso crearon la serie This too shall pass (esto también pasará) encabezada por este recipiente de cera para mercancía seca, como el arroz y los cereales. Se pela como una fruta y después puede fundirse.

Himno a la naturaleza
La cera blanda de abeja lleva una cubierta de color azul de huevo de petirrojo y está impresa con tinta blanca de soja. Todo ello, biodegradable.

Setas protectoras

Hoy estamos acostumbrados a que la mercancía frágil se rodee de una sinfonía de plásticos protectores nada beneficiosos para el medio ambiente. Pero en Ecovative Design los han sustituido por un nuevo material que nace y puede morir en la propia tierra. Los envoltorios Mushroom® (champiñón, en inglés) se elaboran con una mezcla de micelio (la “raíz” de los hongos) y desechos agrícolas. Están confeccionados a medida para clientes como el gigante electrónico Dell y la farmacéutica Merck, y cumplida su misión, se descomponen en el suelo.

Naturaleza para el té

El material NatureFlex desarrollado por Innovia Films está fabricado con un 90% de ingredientes biológicos, principalmente pulpa de madera de plantaciones ecológicas. Puede compostarse tanto en casa como a nivel industrial. Además de respetar el medioambiente, admite muy bien las tintas en tonos intensos y presenta una elevada protección contra la oxidación y la humedad. Por eso, se ha convertido en el protector de varios productos de alimentación, como la línea de bolsitas de té orgánico de la empresa americana Carrington.

Corta vida al zumo

Nada de plástico ni cristal. Este “frasco” está elaborado únicamente con alga agar agar y agua. Indicado para líquidos que necesitan refrigeración, como zumos, cremas y smoothies (de frambuesa en la imagen), se abre pinchándolo en la parte superior y se va degradando mientras consumes lo que hay dentro.
Forma parte de la serie This Too Shall Pass, diseñada en Tomorrow Machine por Hanna Billqvist y Anna Glansén. Las innovadoras suecas están convencidas de que los envoltorios desempeñan un papel fundamental a la hora de reducir el impacto medioambiental de nuestra vida cotidiana. Y apuestan por un cambio en los hábitos de consumo cargado de originalidad, diversión y colorido.

La estrella del mercado

Si quieres que tus productos destaquen, hazlos brillar. Para ayudarte, en el centro de investigación finlandés VTT han creado este plástico flexible que emite luz. Para ello han trasladado la tecnología de diodos orgánicos OLED habitual en las pantallas de móviles y televisores a una película que puede imprimirse con métodos habituales. De momento, el fulgor dura un año, pero están trabajado para extender su efecto indefinidamente.  

Hervir huevos sin agua

En cualquier sitio y en su punto: conseguirás un huevo pasado por agua en dos minutos sin necesidad de cazo ni agua. El propio envoltorio de Gogol Mogol actúa como dispositivo de cocción. Según el prototipo del diseñador Evgeny Morgalev, del colectivo ruso KIAN, basta con tirar del extremo de una membrana que separa hidróxido de calcio y agua. Cuando estos se mezclan, provocan una gran subida de temperatura que puede durar hasta tres minutos y que cuece el huevo. Los creadores recomiendan abrir el envase al cabo de dos minutos para obtener un huevo en su punto. La cubierta irá a parar después a la basura, ya que es de un solo uso.

No queda ni gota

El tedio de sacar el ketchup del bote nos lleva a dejar muchas veces abundantes restos sin consumir. Liquiglide permite que estas sustancias resbalen y salgan con facilidad y rapidez.

De la fábrica a la mesa

Toda la vida en el mismo recipiente. Los alimentos que salgan de la fábrica en este paquete expandible siempre habitarán en él. Su material, desarrollado en la empresa Innova, puede plegarse para ocupar muy poco espacio durante el transporte y la exposición en la tienda. Una vez en casa, se le añade agua caliente y reacciona aumentando su volumen. Con ello, la comida alcanza la temperatura adecuada y el paquete se convierte en un cuenco del que se puede comer directamente. A los postres, se coloca en el montón de basura orgánica biodegradable. El diseño, de Tomorrow Machine, consigue ahorrar espacio, platos y detergente. ¿Alguien da más?

Entiérralo y se irá

Las semillas de los Gro-ables vienen en un vasito elaborado con fibras que se transformarán en abono una vez en el suelo. En su interior, el grano del que crecerán hortalizas, hierbas y verduras lleva también la cantidad adecuada del sustrato ideal y alimento de liberación lenta para la planta.
Con su diseño aparentemente sencillo, la empresa Miracle-Gro resuelve problemas habituales del cultivo con semillas, como la distancia y profundidad de siembra, y la dosis adecuada de simiente y fertilizante.

Todo aclarado

Las bolsitas monodosis del champú MonoSol desaparecen entre la espuma de tu cabeza al entrar en contacto con el agua. La empresa también comercializa bolsas de un plástico hidrosoluble similar para alimentos precocinados, como arroz y pasta, y películas que se disuelven para uso industrial y productos de limpieza doméstica.
Otros, como los cosméticos Lush, han decidido combatir la proliferación de botes de plástico en el baño con pastillas de champú sin envoltorio y con un sistema de recogida de los envases, que reutilizan para nuevos artículos.

Café con taza

En lugar de la pastita de cortesía, la cadena KFC ha empezado a ofrecer a sus clientes la propia taza del café, elaborada con una especie de barquillo recubierto de papel de azúcar por fuera y de chocolate blanco resistente al calor por dentro. Desde luego, una seductora forma de evitar el montón de vasitos en la bolsa de basura.
De momento, han aprovechado el lanzamiento en Reino Unido de la marca Seattle’s Best Coffee para servirlo en estos recipientes comestibles. Si sus clientes dan buena cuenta de ellos, irán expandiendo su presencia en los restaurantes para sustituir a los característicos recipientes de cartón. 

Un papel de buena pasta

Se acabó el reguero de papelitos tras un festín de cupcakes. La marca Dr. Oetker vende (de momento, en Australia y Holanda) unos moldes de oblea para hornear la masa de estas magdalenas de moda y que pueden comerse luego con ellas. Sus tonos azules y rosa se suman a la orgía cromática de esta repostería, y además son aptos tanto para celíacos como para vegetarianos y veganos. Ahora ya nadie sabrá cuántas te has zampado.

Ni alergias ni desperdicios

El yogur de Stonyfield Organic no viene en vasitos, sino en bolitas recubiertas por un envoltorio comestible llamado Wikicell. Se trata de una especie de piel desarrollada por el científico de Harvard  David Edwards para diversos alimentos. En este caso, el yogur no contiene leche, gluten ni otros ingredientes propensos a producir intolerancias. El cartón que las contiene puede reciclarse.

Se deshace como caramelo en la boca

Para sacar el aceite de su interior, rómpelo como si fuera un huevo. La cera que recubre este recipiente de azúcar caramelizado deja de protegerlo y este se diluye después en contacto con agua. Te quedas con el aceite y te olvidas del envase. Es la filosofía del tercer producto de la serie sueca This Too Shall Pass. Este es apropiado para alimentos que tienen el aceite como su ingrediente principal.