¿Está relacionado el consumo de cannabis en los jóvenes con el deterioro de la cognición? A esta pregunta trata de responder un nuevo estudio (realizado por investigadores de CHU Sainte-Justine y la Universidad de Montreal, y publicado en el American Journal of Psychiatry), cuyos resultados muestran que los efectos concurrentes y duraderos del uso de cannabis en adolescentes pueden observarse en importantes funciones cognitivas, y parecen ser más pronunciados que los observados para el alcohol.
El consumo de alcohol y cannabis se ha asociado siempre con deficiencias en el aprendizaje, la memoria, la atención y la toma de decisiones, así como con un menor rendimiento académico.
«Aunque muchos estudios han reportado diferencias de grupo en el desempeño cognitivo entre usuarios jóvenes y no usuarios, lo que aún no se ha establecido son los efectos causales y duraderos del uso de sustancias en el desarrollo cognitivo de los adolescentes», dijo el coautor y estudiante de doctorado de la Université de Montréal, Jean-François G. Morin.
Por su parte, la autora e investigadora principal, la Dra. Patricia Conrod, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Montreal, agregó que «muy pocos estudios están diseñados para analizar esta cuestión desde una perspectiva de desarrollo. Nuestro estudio es único en el sentido de que dio seguimiento a una gran muestra de estudiantes de secundaria de 7º a 10º grado utilizando medidas cognitivas y de uso de sustancias. Usando este enfoque de grandes datos, pudimos modelar la naturaleza compleja de la relación entre estos conjuntos de variables».
Para entender la relación entre el consumo de alcohol, el consumo de cannabis y el desarrollo cognitivo entre los adolescentes en todos los niveles de consumo (abstinencia, consumo ocasional o consumo elevado), el equipo de investigación hizo un seguimiento una muestra de 3.826 adolescentes canadienses durante un período de cuatro años. Los autores investigaron las relaciones entre los cambios anuales en el uso de sustancias y el desarrollo cognitivo a través de una serie de dominios cognitivos, como la memoria de recuerdo, el razonamiento perceptivo, la inhibición y la memoria de trabajo. Se utilizaron modelos de regresión de múltiples niveles para probar simultáneamente la vulnerabilidad y los efectos simultáneos y duraderos en cada dominio cognitivo. El estudio encontró que la vulnerabilidad al consumo de cannabis y alcohol en la adolescencia estaba asociada con un rendimiento generalmente más bajo en todos los dominios cognitivos.
«Sin embargo, los aumentos en el consumo de cannabis, pero no de alcohol, mostraron efectos adicionales concurrentes y retardados sobre las funciones cognitivas, como el razonamiento perceptivo, la memoria, la memoria de trabajo y el control inhibitorio. Preocupaba especialmente el descubrimiento de que el consumo de cannabis estaba asociado a efectos duraderos en una medida de control inhibitorio, que es un factor de riesgo para otros comportamientos adictivos, y podría explicar por qué el consumo de cannabis a una edad temprana es un factor de riesgo para otras adicciones», señaló Conrod. «Algunos de estos efectos son aún más pronunciados cuando el consumo comienza antes en la adolescencia», añadía Morin.
Esta investigación destaca la importancia de proteger a los jóvenes de los efectos adversos del consumo mediante una mayor inversión en programas de prevención de drogas.
«Será importante llevar a cabo análisis similares con esta cohorte o cohortes similares a medida que pasan a la adultez temprana, cuando el consumo de alcohol y cannabis se hace más severo. Esto podría ser particularmente relevante para los efectos del alcohol: aunque este estudio no detectó efectos del consumo de alcohol en el desarrollo cognitivo de los adolescentes, los efectos neurotóxicos pueden ser observables en subgrupos específicos diferenciados según el nivel de consumo, el género o la edad”, aseguró Conrod.
«También queremos identificar si estos efectos sobre el desarrollo cerebral están relacionados con otras dificultades como el bajo rendimiento académico, el daño neuroanatómico y el riesgo de futuras adicciones o trastornos de salud mental”, añadía Morin.
Fuente: Eurekalert.org
Belén Robles González