Tres mil millones de años no son nada. Si hablamos, por supuesto, a escala del tiempo cósmico. A esa edad, nuestro Universo aún se encontraba en su adolescencia. ¿Pero que aspecto tenía? Ahora podemos saberlo gracias a este mapa tridimensional (el primero que existe) que han elaborado investigadores del del Instituto Max Planck de Astronomía.

Realmente se trata del mapa de una sección tridimensional del Universo situada a once mil millones de años luz de distancia. Pero, como al observar esas inmensas distancias también se está mirando hacia atrás en el tiempo, dicho mapa sirver también para revelar como fueron las primeras etapas de la formación del Universo, cuando sólo tenía una cuarta parte de su edad actual.

Para conseguirlo, los investigadores usaron el espectrógrafo LRIS en el telescopio Keck I, que, con un gigantesco espejo de 10 metros de diámetro, observa galaxias que son más de 15.000 millones de veces más débiles que cualquier estrella Los datos obtenidos de veinticuatro de esas tenues galaxias sirvieron para elaborar el mapa.

Dicho mapa muestra (según explican sus autores) cómo, a gran escala, la materia del Universo está dispuesta en una vasta red de estructuras filamentosas conocida como «red cósmica». La materia oscura, que no emite luz, sería la columna vertebral de dicha red, que también está impregnada del gas de hidrógeno primordial dejado por el Big Bang. Las galaxias como la nuestra, la Vía Láctea, están incrustadas dentro de esta maraña, ocupando una minúscula fracción de su volumen total.

En fin… No somos nada.

Redacción QUO