Aunque parezca difícil de creer, la censura aún da sus últimos coletazos en esta Unión Europea que tanto presume de garantizar las libertades de todo tipo.
Ahora, las autoridades británicas han permitido por fin el estreno en las salas inglesas de la versión íntegra de Calígula, una de las películas más polémicas de finales de los años setenta, y cuya exhibición ha estado prohibida en Gran Bretaña durante casi treinta años.
Rodada en 1979, Calígula fue concebida como un monumental filme que aunara comercialidad y prestigio. Con un guión escrito por nada menos que Gore Vidal, y un reparto encabezado por Malcom McDowell (el protagonista de La naranja mecánica) y completado por John Guieguld, Peter O´Toole y Helen Mirren.
Pero los problemas económicos obligaron al productor, Franco Rossellini, a buscarse un socio. Y lo encontró en la persona del magnate Bob Guccione, propietario de la revista erótica Penthouse, quien tenía una visión muy diferente de como debía de ser el filme. Guccione impuso como director al italiano Tinto Brass, reputado erotómano, autor de filmes como Salon Kitty.
Y mientras Brass firmaba la parte seria de la película con los actores de prestigio, Guccione rodaba por su lado escenas cargadas de sexo y de violencia. El resultado fue que Calígula acabó convertida en una orgía de erotismo y sangre que en ocasiones cae de lleno en lo pornográfico, incluyendo escenas como la de una prostituta realizándole una explícita felación a un caballo.
Por todo esto, la película fue prohibida en numerosos paises. En España se estrenó una versión cortada, sin el material filmado por Guccione, y la copia íntegra no se vio en nuestro país hasta bien entrada la década de los noventa. Ahora, son los ingleses los que tendrán por fin la ocasión de ver integramente esta salvaje y delirante cinta que permanecía como uno de los últimos filmes prohibidos de la historia.
Vicente Fernández López