Los vecinos de la autovía Tullamarine Calder Interchange, al norte de Melbourne (Australia) podrán estar doblemente tranquilos. Un muro de 500 metros construido por la empresa Going Solar les protegerá de la contaminación acústica que produce el intenso tráfico de la zona. Pero, además, el parapeto suministrará energía limpia para abastecer las farolas de la ciudad, gracias a los paneles solares que se han integrado en él y que van conectados directamente a la red eléctrica.
La empresa ha calculado que producirá unos 18,7 megawatios anuales. Con ellos se amortizarán en 15 años los costes adicionales para integrar la “pared solar” en la barrera.
Pilar Gil Villar