Un sensor implantado capaz de controlar los niveles de azúcar en la sangre durante más de un año y enviar los datos de manera inalámbrica a un receptor externo. En un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine, un grupo de científicos de la Universidad de California en San Diego, dirigidos por David Gough, han probado este sistema en cerdos, pero creen que podría funcionar en seres humanos, y en concreto, en pacientes con diabetes.
El sistema podría ofrecer un mejor seguimiento de los niveles de glucosa y enviar la información actualizada al médico o a la persona a cargo de su cuidado. El sensor sería de gran ayuda en la dosificación y la coordinación de las inyecciones o medicamentos orales, alertaría sobre peligrosos bajos niveles de niveles de azúcar en la sangre, y guiaría ajustes en la dieta y en el ejercicio para ayudar a contrarrestar la diabetes. Los diabéticos tienen dificultad para recuperar un control normal de la glucosa en la sangre, lo que puede provocar serias complicaciones como enfermedad renal, ceguera, cardiopatía, discapacidad mental temporal, pérdida de la conciencia, o accidentes.
Un sensor de glucosa automático implantado a largo plazo ha sido el objetivo de los pacientes diabéticos durante décadas. Sin embargo, hasta ahora no se ha podido desarrollar un sistema capaz de evitar un rechazo por parte del cuerpo y que funcionara durante suficiente tiempo para justificar el implante del aparato. La propuesta del equipo de Gough sienta las bases para ensayos clínicos que pongan a prueba el sensor en humanos.
Redacción QUO