Un estudio realizado en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con el Hospital Virgen de la Salud de Toledo y el Hospital Clínico San Carlos, afirma que la una proteína llamada midquina (MDK) limita la acción anticancerígena de la marihuana. La midquina, una proteína que producen las células de los tumores más agresivos, promueve la resistencia de las células de los tumores cerebrales a los cannabinoides. Esto se debe a una interacción con otra proteína llamada quinasa. Las muestras para el análisis se tomaron en más de 200 pacientes afectados con tumores cerebrales.
El MDK, según demuestra este estudio publicado en la revista Cell Death and Differentiation, está relacionado con una menor supervivencia de los pacientes, lo que puede llegar a indicar que la presencia de esta proteína puede implicar, casi con toda seguridad, un mal pronóstico para el paciente afectado de tumores cerebrales como es el glioblastoma multiforme, que tiene una alta resistencia a las terapias convencionales.
Los investigadores encontraron también, que la resistencia a la acción antitumoral de los cannabinoides revierte al reducir los niveles de MDK o inhibir la proteína quinasa, la que está asociada al linfoma anaplásico (ALK) y, que como su nombre indica, hasta ahora se habían asociado con cáncer de pulmón o linfomas anaplásicos.
Otra novedad del estudio, es la relación hallada entre las proteínas MDK y ALK, la regulación de la autogamia, un proceso celular (literalmente, autodigestión) que conlleva la muerte de las células tumorales. Si bien estudios anteriores habían hallado que los cannabinoides activan la autofagia, este nuevo estudio afirma que el MDK, con su unión con la proteína ALK, podrían promover la resistencia a la acción antitumoral de los cannabinoides, lo que interfiere con la capacidad de estos compuestos para activar la autofagia.
Los resultados de esta investigación han ayudado a identificar algunos de los factores moleculares que se asociaban a la resistencia de los tumores cerebrales a la acción antitumoral de los cannabinoides, y abren la posibilidad para poder usar otros fármacos basados en el principio activo de la marihuana en combinación con inhibidores de la proteína ALK para tratar tumores cerebrales tan graves como el glioblastoma multiforme.
Redacción QUO