Al parecer no solo los seres humanos «mojamos» nuestras penas en alcohol, por increíble que parezca, también lo hacen las moscas. Según un estudio que se publicará mañana en la revista Science, realizado por el equipo de investigación de Galit Shohat-Ophir, cuando las moscas Drosophila no consiguen su objetivo de aparearse, los machos ingieren alimento con alcohol como consolación.
Según afirma Science, este hallazgo fue clave para conseguir esclarecer una interesante vía de investigación sobre el efecto ‘recompensa’ en el cerebro y su implicación en la adicción. Para realizar el estudio, los investigadores separaron en dos grupos a las protagonistas de la investigación. Pudieron observar, que aquellas moscas a las que se le permitió tener sexo consumieron menos alcohol y mantuvieron niveles mas elevados de un neurotransmisor llamado NPF, componente molecular clave del sistema natural de recompensa de la mosca. En cambio, aquellas moscas a las que se las privó de sexo, aumentaron considerablemente su consumo de alcohol y tuvieron menores niveles de NPF.
Según los investigadores, el apareamiento incrementa los niveles de NPF, saciando con ello la necesidad de ‘recompensa’ de la mosca. Sin este estímulo en los niveles de NPF, las moscas que no tienen sexo buscan su recompensa, y si el alcohol se les pone a ‘pata’ como hicieron los investigadores del Howard Hughes Medical Institute (Ashburn), no dudan un segundo en buscar en las bebidas alcohólicas su consuelo. Shohat-Ophir y su equipo consiguieron incrementar o disminuir el consumo de alcohol de las moscas inhibiendo o activando el NPF directamente.
Redacción QUO