No. Los elementos químicos que se añaden a las conservas y demás intentan, sobre todo, lentificar los procesos de degradación de los alimentos por la acción microbiana.
Pero la mayoría de los efectos que tratan de evitar solamente suelen aparecer cuando el animal ha muerto (carne) o el vegetal ha sido arrancado.
Y eso, evidentemente, no nos ocurre a quienes los comemos, porque estamos vivos.
Enviada por Joseba Egia, correo electrónico
Redacción QUO