Los investigadores han descubierto algo fantástico. Cuando un abrazo dura 20 segundos, hay un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. La razón es que un abrazo sincero produce una hormona llamada «oxitocina«, también conocida como la hormona del amor.
Esta sustancia tiene muchos beneficios en nuestra salud física y mental, nos ayuda, entre otras cosas, a relajarnos, sentirnos seguros y calmar nuestros temores y ansiedad. Este maravilloso calmante se ofrece de forma gratuita cada vez que tenemos a una persona entre nuestros brazos, acunamos a un bebé o debemos cuidar a un perro o un gato. Estamos, literalmente, bailando con nuestro amigo.
Redacción QUO