Desde 1960 es ilegal matar lémures en Madagascar, el único lugar del mundo en que viven en estado salvaje estos primates. Y aún así muchos locales lo siguen cazando, sea para venderlos como mascota o usarlo como fuente de alimento.
Si a ello se le suma que en apenas cinco décadas la isla perdió el 50% de sus bosques, la amenaza sobre los lémures es enorme. Tanto que, según las estimaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el 94% de las especies de lémures están en peligro de extinción.
Con este panorama no es extraño que los lémures hayan encontrado un sitio seguro para vivir en una reserva privada: Nahampoana. Fundada casi dos décadas atrás, Nahampoana abarca 50 hectáreas en las que viven unos 150 de estos animales, endémicos de la isla. De las 100 especies conocidas en Madagascar, sólo seis se encuentran viven en el parque, entre ellos los lémures de cola anillada (Lemur catta) el más emblemático de todos.
Todo esto ocurre en un país que reconoce a los lémures como uno de sus recursos más preciados, pero que no tiene dinero para conservación teniendo en cuenta que más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Juan Scaliter