Es una realidad que no siempre resulta sencillo detectar el sarcasmo o la ironía en las redes sociales. Por ese motivo, un equipo de investigadores del Technion Israel Institute of Technology, han creado la primera máquina capaz de descifrar las intenciones sarcásticas de un texto escrito.
El sistema funciona convirtiendo las frases o tuits irónicos, en otros que revelan el auténtico sentido de lo que el autor trataba de decir. Para su creadores esta herramienta tiene aplicaciones interesantísimas que van mucho más allá del ámbito de las redes sociales, ya que puede servir para mejor las habilidades comunicativas de personas con autismo o síndrome de Asperger, a las cuales les resulta complicado captar los matices irónicos.
La mayoría de las personas sabe apreciar con bastante facilidad la ironía cuando está manteniendo una conversación cara a cara, gracias a los matices propios de la comunicación no verbal, como son la expresión del rostro o el tono de voz. Incluso, hay un estudio realizado en 2008 por la Universidad de Calgary, en Canadá, que afirma que los niños ya son capaces de apreciarla a partir de los cinco años de edad.
Pero la cosa cambia cuando se trata de internet. Otro experimento, realizado en 2006 por la Universidad de Nueva York, reveló que los voluntarios solo eran capaces de descubrir que emails eran irónicos en un 60% de los casos. De hecho, en el ámbito de internet se ha llegado a acuñar la llamada Ley de Poe, que resume de manera muy expresiva esta dificultad.
Se trata de un aforismo acuñado en 2005 por un usuario llamado Nathan Poe en un foro en el que se debatía sobre creacionismo, y que propone que en ausencia de un guiño, un emoticono o cualquier otra señal, es imposible diferenciar una postura ideológica extrema de su parodia.
En definitiva, esta ley no escrita, lo que postula es lo difícil que nos resultar captar la ironía y el sarcasmo en las redes. Y el principal problema reside en que para lograrlo hace falta un esfuerzo, y en estos tiempos de inmediatez tecnológica, no parece que todo el mundo esté dispuesto a realizarlo. Una investigación realizada por la Universidad de Glasgow, puso de manifiesto (analizando las miradas de los voluntarios), que para captar el contenido sarcástico de una frase, todos los participantes tenían que leerla al menos dos veces, aunque fuera de forma inconsciente.
Afortunadamente, el invento desarrollado por los investigadores israelíes nos lo va a poner más fácil a partir de ahora.
Vicente Fernández López