Un estudio realizado sobre hachas de mano, halladas en España, sugiere que puede haber habido dos especies de humanos, que vivieron cerca el uno del otro por largos períodos de tiempo. Un grupo utilizaba tecnologías recientemente importadas de África, mientras que las otras eran residentes de más larga data.
En Porto Maior, Galicia, un grupo de arqueólogos, liderados por expertos del Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana, han encontrado un importante depósito de herramientas de gran tamaño que datan de hace 293.000 a 205.000 años. Las herramientas tienen un estilo distintivo conocido como achelense, que se ve con mucha más frecuencia en África y en Oriente Medio que en Europa. La naturaleza del hallazgo sugiere que los humanos pueden haber usado estas herramientas para cruzar el Mediterráneo hace 300.000 años, pero no tenemos idea de cómo. También muestra que el estilo achelense coexistió durante un largo período de tiempo con otro estilo de herramientas, muy probablemente pertenecientes a una especie diferente de humanos primitivos.
Las conclusiones, publicadas en Scientific Reports, señalan que si bien ya se habían encontrado herramientas similares en el suroeste de Europa, nunca se habían hallado en esta concentración: un total de 159 piezas, que suman un peso de 118 kilogramos. Las piezas son más grandes y pesadas que las que se encuentran en otras partes de Europa, mientras que son consistentes con las de otros continentes.
Para explicar este hallazgo se barajan dos teorías. La primera implica a una población africana que cruza el Mediterráneo, mientras que la segunda señala una invención independiente de un estilo muy similar. Los defensores de la segunda teoría llaman la atención sobre las diferencias sutiles entre los hallazgos europeos y los de África.
Los autores del estudio, por su parte, se inclinan por la opción africana, argumentando; «Cualquier reinvención hipotética de la tecnología achelense en Europa se habría producido 1 millón de años después de la aparición del achelense en África en un contexto ambiental y tecnocultural diferente, y muy probablemente por una especie humana que era muy distinta del Homo ergaster, el responsable de esta tecnología. El descubrimiento de Porto Maior es una prueba más de la llegada de esta tecnología de África, dadas las similitudes que el sitio comparte con depósitos de herramientas africanas”.
Juan Scaliter