Si la humanidad espera llegar a Marte pronto, debemos comprender no solo la tecnología, sino también la dinámica psicológica de un grupo de astronautas atrapados en un espacio sin escapatoria durante meses. Esa es la conclusión de un estudio publicado en American Psychologist.
«El trabajo en equipo y la colaboración entre diferentes equipos – explica Lauren Blackwell Landon, coautora del estudio, en un comunicado –, son componentes críticos de todos los vuelos espaciales y serán aún más importantes durante misiones de larga duración, como las de Marte. Los astronautas estarán a meses de distancia, confinados en un vehículo apenas más grande que un todoterreno durante dos o tres años. A eso hay que agregarle un retraso de hasta 45 minutos en las comunicaciones con la Tierra”.
Actualmente, la investigación psicológica sobre vuelos espaciales es limitada, especialmente en lo que respecta a los equipos. Al aplicar prácticas psicológicas,el equipo de Landon da claves para que la NASA pueda reunir los mejores equipos posibles para garantizar el éxito de las misiones de larga duración.
Los astronautas estables emocionalmente, agradables, abiertos a nuevas experiencias, concienzudos, flexibles, adaptables y no demasiado introvertidos o extrovertidos, tienen más probabilidades de trabajar bien con los demás. El sentido del humor también ayudará a calmar situaciones tensas, según los autores.
El largo retraso en la comunicación hacia y desde la Tierra significa que las tripulaciones tendrán que ser altamente autónomas al no poder contar con la ayuda inmediata del Control de la Misión. Los autores dijeron que esto será un desafío continuo y que tener objetivos definidos, generar confianza, desarrollar normas de comunicación y rendir informes ayudará a aliviar un posible conflicto.
Los investigadores también aconsejaron el uso de la tecnología para monitorear la salud fisiológica de los astronautas para predecir puntos de fricción entre los miembros del equipo, debido a la falta de sueño, por ejemplo.
Juan Scaliter