Hace dos años comenzaba en Canarias la fase sísmica de la investigación petrolera, aquella que evalúa la posibilidad de hallar petróleo en el subsuelo mediante cañonazos de aire que hacen vibrar el subsuelo y emiten una onda diferente en función de si hay fluidos o no.
El nivel de ruido alertó a los cetáceos, pero ¿tanto como para dañar su existencia? El US National Marine Fisheries Service de Estados Unidos establece el nivel sonoro de seguridad para estos animales en 180 dB. A partir de este umbral, puede provocarles importantes daños, e incluso la muerte. En el caso de los sondeos sísmicos, las actividades que desarrollan las petroleras emiten entre 215 y 265 dB.
Para averiguar cuánto supone este valor en el agua hay que restar 62 dB. En la fase de prospección también hay los lodos y vertidos que alteran su hábitat.
Preocupación entre los pescadores
En 2013 había 856 buques pesqueros en Canarias, un 8,5% de la flota nacional, con un valor de exportaciones superior a 50 millones de euros. Las cofradías temen que la actividad petrolífera merme un negocio que va en declive en los últimos años.
Tienen una distribución más o menos continua en la costa este, entre Fuerteventura y Lanzarote. Su residencia a lo largo del año está por determinar. Su único enemigo conocido es el hombre.
Cuidado con los cachalotes
Han sido declarados “vulnerables” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, lo que conlleva un plan de conservación. En la actualidad hay 90 animales identificados en la zona.
Jameíto en estado crítico
Se halla en grave peligro de extinción. Solo habita en los Jameos del Agua, en Lanzarote.
No tienen depredadores naturales. Únicamente las consecuencias de la actividad humana, como la contaminación, un elevado nivel acústico y las capturas accidentales, las ponen en peligro.
Esta es solo una de las especies que se han avistado en la zona. En total, en el área de las prospecciones hay cinco de las siete especies de tortugas existentes en el mundo.
Batalla naval de la energía
Las misiones de estos dos buques insignia son antagónicas. Uno se utiliza para localizar petróleo, y el otro para evitarlo. Entre el equipamiento del recién fabricado Rowan Renaissance de Repsol está un raiser (tubo) que le permitirá hacer investigaciones en el subsuelo, una grúa de 165 toneladas para el despliegue de equipos submarinos y espacio para albergar 210 barriles de petróleo.
Por su parte, el Rainbow Warrior III de Greenpeace inició su singladura en 2011. Como sus predecesores, utiliza principalmente la fuerza del viento para navegar gracias a 1.290 m2 de velas. Está matriculado en Amsterdam y cuenta con helipuerto y capacidad para 32 personas. Su nombre, “Guerrero del arco iris”, está basado en una leyenda india que loa la unión de los hombres para evitar la destrucción del planeta.
Lejos de estar en bolsas, el crudo que se extrae en la actualidad se halla impregnando rocas arcillosas. La muestra de la imagen superior contiene petróleo, mientras que la inferior no.
¿Y si se produce el desastre?
Cuando ocurre un accidente hay pocas posibilidades de realizar ningún tipo de actuación, explica en uno de sus informes Jesús Cisneros, doctor de Oceanografía Física de la Universidad de Las Palmas. Para intentar evitarlo, el Cedex recomienda un mínimo de 2.190 simulaciones por cada pozo con el tipo de crudo más perjudicial, algo que no siempre se hace, según Cisneros.
Degradación. Pasados tres días de un escape, el crudo comienza su período de degradación. Su dilución en agua puede estar en torno al 50%.
El efecto más visual de un vertido está en las aves, que llegan a las costas y protagonizan las portadas de los periódicos, pero toda la cadena trófica se ve afectada.
Las mayores catástrofes
Desde 1969 ha habido varios accidentes graves. La duración media de cada uno de ellos ha sido de 73,25 días, y el volumen derramado total de 2.401.258 m3, lo que equivale a una media de entre 10.120 y 12.735 barriles cada día
Santa Barbara California (EEUU) 1969 (año) 15.899 (volumen de vertido)
Plataforma Shell 26 Golfo de México (México) 1970 (año) 9.539 (volumen de vertido)
Trinimar Marine Well 327 Venezuela 1973 (año) 5.887 (volumen de vertido)
Ekofisk Bravo Noruega 1977 (año) 22.400 (volumen de vertido)
Ixtoc Golfo de México (México) 1979 (año) 1.435.000 (volumen de vertido)
Hasbah Golfo de Arabia 1980 (año) 15.899 (volumen de vertido)
Funiwa Nigeria 1980 (año) 31.797 (volumen de vertido)
Norwruz Oil Field Irán 1983 (año) 302.830 (volumen de vertido)
YUM II Golfo de México (México) 1987 (año) 9.062 (volumen de vertido)
Ocean Odyssey Canadá 1988 (año) 162.770 (volumen de vertido)
Montara Australia 2009 (año) 4.620 (volumen de vertido)
Deep Water Horizon Golfo de México (EEUU) 2010 (año) 770.000 (volumen de vertido)
Frade Brasil 2011 (año) 555 (volumen de vertido)
Entre 1940 y 2011 se han realizado 689 sondeos de exploración en España, ninguno en Canarias. La zona más productiva está frente al delta del Ebro. En el pozo Casablanca que la petrolera tiene en la costa tarraconense se extraen 9.000 barriles/día.
Un filón también para Marruecos
Las posibilidades de que entre Canarias y Marruecos haya petróleo susceptible de ser extraído están entre un 14 y un 20%, un porcentaje muy bajo, pero suficiente como para que el ministro marroquí de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías, Abdelkader Amara, hable de un futuro esperanzador para la economía del país.
Referentes son para él Argelia y Libia, donde un 60 y un 50% respectivamente de los ingresos del Estado proceden de los combustibles fósiles. Pero puede que en Marruecos la situación no sea tan favorable. Hasta ahora, las prospecciones llevadas a cabo han proporcionado muestras de un petróleo pesado difícil de rentabilizar. Al menos de momento; pero, como señala Santos Suárez, product manager del Centro de Tecnología de Repsol: “Ahora es rentable extraer crudos que hace solo tres años no se consideraban”.
Abdelkader Amara va a hacer todo lo posible para enriquecer a Marruecos. De momento, anima a las petroleras a seguir con sus investigaciones ofreciéndoles el 75% de los posibles ingresos y promoverá el aumento de las perforaciones. Ya se han realizado 313 en un área de 900.000 km2; es decir, 0,05 pozos cada 100 km, cuando la media mundial es de 10 pozos/100 km.
