Cuando se habla de tierras raras, nos referimos a 17 elementos químicos, más precisamente al escandio, al itrio y a 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Estos elementos se utilizan para hacer productos, fundamentales en tecnología, como los agentes de contraste de imágenes de resonancia magnética, pantallas de intensificación de rayos X, máquinas de rayos X portátiles, láseres médicos, fibra óptica, lentes ópticas, sensores de presión, monitores… Pero, como indica su nombre, no son muy abundantes y la necesidad de ellos es muy alta. El principal “productor” de estas tierras raras es China. Por ahora.
De acuerdo con un reciente estudio, publicado en Clays and Clay Minerals, las minas de caolín de Georgia (Estados Unidos) son fuentes potenciales de tierras raras. Para llegar a esta conclusión, un equipo de científicos liderados por Crawford Elliott, utilizó sistemas de difracción de rayos X, microscopía electrónica de barrido y análisis químico para identificar posibles menas en las mencionadas minas.
“Estábamos interesados en observar el mismo material, el tamaño de arena del mineral de caolín que llaman grano – explica Crawford en un comunicado –. Este grano representa aproximadamente el 10% del material extraído y se elimina antes de que produzcan productos de caolín terminados para una variedad de aplicaciones, como como papel, pinturas, adhesivos, plásticos, cerámicas, etc. Cuando procesamos algunas muestras, encontramos un enriquecimiento particular en los elementos pesados de tierras raras. Un enriquecimiento en los elementos pesados de tierras raras es interesante y útil porque en la mayoría de los casos, la corteza de la Tierra está enriquecida con elementos más ligeros de tierras raras, mientras que los elementos pesados de tierras raras tienden a ser más importantes desde el punto de vista tecnológico. Y lo que descubrimos es que la mina de caolín de Buffalo Creek está 100 veces más enriquecida con elementos pesados de tierras raras. Nuestro trabajo sugiere una forma de obtenerlos, algo que hasta ahora conseguíamos solo de China”.
Juan Scaliter