El alto contenido de luz azul de los LEDs actuales puede ser dañinos para la salud ocular, especialmente para los niños y presenta un impacto negativo en la química del cerebro según estudios científicos. Básicamente esto ocurre porque la onda de la luz que va del azul al ultravioleta afecta a un químico en la retina llamado retinal, una forma de vitamina A que cambia su forma al reaccionar con la luz, adquiriendo una característica tóxica. El problema es que este daño no se limita a las células fotorreceptoras. El estudio antes citado demostró que los resultados en varios tipos de tejidos (incluidas células del corazón y neuronas) también podían verse afectadas.
Ahora, un equipo de científicos españoles, liderado por Rubén Costa, del IMDEA Materiales (Madrid) y los químicos Jesús Berenguer, de la Universidad de La Rioja y Javier García, de la Universidad de Alicante, ha desarrollado arena emisora de luz blanca, similar a la del sol. Con este trabajo han superado uno de los mayores escollos en el avance hacia nuevas fuentes de iluminación artificial más saludables.
La investigación, publicada en Materials Horizons, ha recurrido a nanopartículas de sílice que emiten luz blanca de gran calidad para una nueva generación de LEDs híbridos. Al eliminar la luz azul, la arena producida por los investigadores españoles evita los riesgos para la salud que tienen los actuales LEDs.
La aportación fundamental de este trabajo es que se ha logrado producir luz blanca, que destaca por su estabilidad, excelente calidad y que no daña la vista. Hasta ahora, otros investigadores habían logrado producir materiales similares que emitían luz verde, azul o roja, pero no blanca que, al ser similar a la solar no solo no afecta a la retina sino que tampoco influye en los ritmos circadianos de manera negativa.
Juan Scaliter