Los grupos sanguíneos se distinguen por los distintos azúcares que los glóbulos rojos tienen en la superficie. Algunas enzimas pueden eliminarlos, y así convertir la sangre de un grupo A, B o AB en sangre del grupo 0, que se caracteriza por no tener ningún azúcar. Esta característica permite que pueda transfundirse a personas de cualquier grupo, por lo que la técnica puede eludir, en parte, el problema de la escasez del fluido.
Redacción QUO