Esta semana, una investigación a escala mundial realizada por 59 medios internacionales (entres los que están «El Confidencial» y «La Sexta» – bajo el nombre The Implant Files) han destapado miles de casos en los que un mal control de implantes sanitarios habría acabado con la vida de 82.000 personas y dejado con secuelas a 1,7 millones entre 2008 y 2017. Aquí, en España, el número de incidentes ascendería a unos 25.000. Se trata de un trabajo coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y ya no solo en nuestro país ha saltado la alarma. En Reino Unido, Australia, Francia y Estados Unidos, por ejemplo, cientos de mujeres están preocupadas por una gama concreta de implantes de pecho que recibieron, los cuales estarían ligados a un tipo raro de cáncer.
Nos hemos hecho eco del caso a través del diario británico «The Guardian». En él hablan de un cáncer denominado linfoma grande anaplásico de células grandes (ALCL), que se produce alrededor de las cápsulas y que comienza con dolor, picazón y sudores en el pecho. Si los síntomas son detectados a tiempo resulta sencillo quitar los implantes mamarios para que la paciente vuelva a recuperarse sin problemas. Pero en otras situaciones, el final puede ser fatal ya que las células cancerosas podrían acabar diseminándose por todo el cuerpo acabando con la vida de la mujer. Hasta el momento, se calculan en todo el mundo 615 personas afectadas y 16 fallecidas.
La peculiaridad de estos implantes mamarios es que son texturizados, algo que en el sector consideran como bueno para lograr una cohesión más fuerte entre el implante y el tejido que lo rodea. Pero son precisamente esta clase los que están generando problemas. De hecho, la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento en Francia, donde el 85% de los implantes eran de este tipo, se ha pedido a los cirujanos que regresen a los implantes con cápsula lisa.
En Reino Unido, por ejemplo, donde también existe un uso mayoritario de estos implantes, ya hay 45 casos confirmados con linfoma y una muerte; y advierten que otras 24.000 mujeres podrían estar en riesgo. Por su lado, Estados Unidos confirma 252 casos, pero los expertos creen que la cifra podría aumentar hasta los 1.000. Mientras que en Australia la cifra alcanza los 72 casos en todo el país, pero no descartan más.
Para que os hagáis una idea de la desinformación que puede haber sobre el tema y los riesgos a los que podían estar sometidas estas mujeres. La primera posible relación del implante con el riesgo de cáncer fue hecha en 1997, pero en Reino Unido la alerta no saltó hasta 2011. El problema es que, desde entonces, ha habido más implantes de este tipo y las mujeres aseguran que no fueron informadas del problema que podrían llegar a desarrollar.
Puedes leer casos de personas afectadas en este enlace. Todas ellas comparten una misma historia, la falta de información sobre el riesgo que corrían.
Alberto Pascual García