Viajar al espacio produce numerosos efectos en el organismo de los astronautas. Por ese motivo, un nuevo estudio realizado por un equipo de la Universidad de Antwerp, ha intentado averiguar como afecta al cerebro. Y los resultados obtenidos muestran que se producen cambios importantes, algunos de los cuales persisten incluso tiempo después de haber regresado a la Tierra.

Los investigadores realizaron un escáner cerebral a diez astronautas varones antes de partir a una misión espacial. Cada una de ellas duró de media 189 días. Y repitieron la prueba dos semanas después de haber vuelto a nuestro planeta. Siete de ellos se sometieron además un tercer escáner varios meses después.

Las pruebas revelaron que el viaje espacial había provocado una reducción de la llamada materia gris del cerebro; concretamente, la pérdida había sido del 3,3%, y se localizaba en la corteza orbitofrontal, involucrada en la toma de decisiones, y en el lóbulo temporal, vinculado con la formación dela memoria. También se observó una reducción del volumen de la materia blanca (aunque menor que en el caso de la anterior, ya que era de un 1,2%), encargada de conectar diversas áreas de la materia gris.

El tercer cambio detectado se refería a la distribución del líquido cefalorraquídeo, encargado de proteger el cerebro.

Pero las pruebas realizadas tras el regreso a la Tierra, revelaron que gran parte del deterioro de la materia gris se había revertido varios meses después de finalizar la misión. En cambio, los efectos sobre la materia blanca y el líquido cefalorraquídeo persistían siete meses después.

Los resultados de este estudio plantean importantes interrogantes de cara a futuras misiones. Los investigadores se preguntan si este tipo de efectos serán aún más intensos en el caso de misiones de muy larga duración, como sería un hipotético viaje a Marte.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López