A pesar de décadas de innovación en telas con propiedades térmicas de alta tecnología que mantienen frescos a los corredores de maratón o calientes a los excursionistas, nunca ha habido un material que cambie sus propiedades aislantes en respuesta al medio ambiente. Hasta ahora.

Investigadores de la Universidad de Maryland han creado una tela que puede regular automáticamente la cantidad de calor que la atraviesa. Cuando las condiciones son cálidas y húmedas, como las que se encuentran cerca de un cuerpo sudoroso, la tela permite que la radiación infrarroja (el calor) pase a través de ella. Pero cuando las condiciones se vuelven más frías y secas, el tejido reduce el calor que se escapa. El avance ha sido publicado en Science.

La base de este nuevo tejido está creada con fibras hechas de dos materiales sintéticos diferentes: uno absorbe agua y el otro la repele, mientras que las hebras están recubiertas con nanotubos de carbono. Debido a que los materiales en las fibras resisten y absorben el agua, las fibras se deforman cuando se exponen a la humedad, como la que rodea a un cuerpo sudoroso. Esa distorsión acerca las hebras del hilo, lo que hace dos cosas. En primer lugar, abre los poros de la tela. Esto tiene un pequeño efecto de enfriamiento porque permite que el calor escape. Segundo, y más importante, modifica el acoplamiento electromagnético entre los nanotubos de carbono en el recubrimiento.

«Esta es la primera tecnología que nos permite controlar dinámicamente la radiación infrarroja – explica YuHuang Wang, líder del estudio –. Se puede pensar en este efecto como la flexión de una antena de radio para cambiar la longitud de onda o la frecuencia. Es una forma muy simplificada de pensarlo, pero cuando las fibras se acercan, la radiación con la que interactúan cambia. En la ropa, eso significa que la tela interactúa con el calor que irradia el cuerpo humano”.

Dependiendo de esto, la tela bloquea la radiación infrarroja o permite que pase. La reacción es casi instantánea, por lo que, antes de que la gente se dé cuenta de que se está calentando, la prenda ya podría estar enfriándolos. Por otro lado, cuando un cuerpo se enfría, el mecanismo de cierre dinámico funciona a la inversa, para atrapar el calor.

«El cuerpo humano es un radiador perfecto – concluye Min Ouyang, coautor del estudio –. Emite calor rápidamente. Hasta ahora la única forma de regular la temperatura del cuerpo había sido quitarse o ponerse ropa. Pero esta tela es un verdadero regulador bidireccional”.

Juan Scaliter