Esta semana, Jim Bridenstine, director de la NASA realizó una conferencia ante la prensa señalando que la agencia espacial que lidera está acelerando los planes para regresar a la Luna, y esta vez, para quedarse.
“Me enorgullece compartir una respuesta audaz al llamado a la acción del presidente Trump – explicaba Bridenstine en un comunicado – , que dará paso al próximo capítulo de la exploración humana. Hacemos un llamado a compañías privadas para que ayuden a diseñar y desarrollar módulos de aterrizaje lunares. Más de dos tercios de los estadounidenses de hoy ni siquiera estaban vivos cuando se produjo la llegada a la Luna. Por muy extraordinarias que fueran, para muchos las expediciones lunares son hechos de libros de historia o historias contadas por familiares mayores. Pero a diferencia de Apolo, esta vez vamos a la Luna para quedarnos, y desde allí daremos el siguiente gran salto en la exploración del espacio profundo”.
La última persona en caminar sobre la Luna fue Eugene Cernan, en diciembre de 1972, durante la misión Apollo 17.
Pero antes de volver a pisarla, la NASA pretende aterrizar un vehículo no tripulado en la Luna para el año 2024, y ya está invitando a ofertas del creciente sector privado para construir la sonda.
“Queremos comenzar lo más rápido posible – concluye Bridenstine –, por lo que estamos invitando a la industria privada y a otros socios potenciales a que se reúnan con nosotros la próxima semana en la sede de la NASA para hablar sobre las lanzaderas”.
El objetivo de la iniciativa es crear una base para futuros viajes a Marte.
Juan Scaliter