Viajar al espacio no es fácil y por más que todos hayamos soñado alguna vez con ser astronautas, el camino es arduo y muy pocos llegan. Eso sí, hay algunas opciones para, aún así, trabajar en la NASA o en la ESA y decir que hemos colaborado con la carrera espacial.

Para que los humanos envíen personas a Marte o volvamos a pisar la Luna, los científicos deben conocer y comprender los efectos que la vida en el espacio representa para el cuerpo humano.

La ingravidez no es gratuita en nuestros huesos y músculos y es importante saber prevenir efectos negativos, como debilidad ósea o pérdida de masa muscular.

La NASA y la ESA se han unido para realizar un estudio de reposo en cama para ver cómo el cuerpo se adapta a la ingravidez. Ambas agencias espaciales anunciaron que están buscando dos docenas de voluntarios para pasar 60 días acostados con el propósito de ayudar a los científicos a comprender cómo los viajes espaciales afectarán a los astronautas.

Los participantes recibirán un pago de 16.500 euros y deberán viajar a Colonia, Alemania.

Sin embargo, hay algunos requisitos para los voluntarios que deben cumplirse: deben tener entre 24 y 55 años, estar en buena forma y hablar alemán.

La investigación comenzará en septiembre y tomará un total de 89 días, ya que antes de acostarse, los participantes recibirán cinco días de familiarización con los equipos y el entorno. Una vez finalizados los 60 días de estudio en cama, deberán pasar otros 14 días de rehabilitación, al igual que los verdaderos astronautas.

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ESA

Durante el período de reposo en cama, se les pedirá que lo hagan todo (sí, todo) acostados, desde comer hasta ir al baño. Los participantes podrán ver televisión, se les proporcionará material de lectura y otras actividades. También se les estimula para que se inscriban en cursos en línea y aprendan nuevas habilidades, un modo de evaluar la influencia en el aprendizaje. Durante el descanso, los voluntarios se acostarán con las piernas ligeramente más altas que las cabezas para reducir el flujo de sangre a las extremidades. Esto impondrá un deterioro muscular, similar al experimentado por los astronautas en el espacio.

Los voluntarios, 24 en total, serán divididos en dos grupos. Una mitad visitará una centrifugadora en un laboratorio de vez en cuando. Esta instalación actúa como una cámara de gravedad artificial, ya que su plataforma giratoria simula la gravedad y empuja la sangre hacia las extremidades inferiores de los participantes. Esto ayudará a los científicos a saber si el simulador fue de alguna manera útil para minimizar los efectos de recostarse en una posición durante un período prolongado de tiempo.

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Sin embargo, no solo los astronautas y los viajeros espaciales se beneficiarán de la investigación, sino también las personas que experimentan problemas de salud terrestre. Al utilizar la herramienta centrífuga humana, el estudio aportará más información sobre la osteoporosis, la atrofia muscular y las enfermedades cardiovasculares.

Aquí puedes contactar con la oferta.

Juan Scaliter