Hoy, en Madrid, la Fundación Más que Ideas ha presentado el informe Inmunoterapia y cáncer: conocimiento, expectativas y experiencia de los pacientes. Se trata de un proyecto de investigación social, en el que se han consultado a 585 pacientes para saber qué piensan, conocen y esperan las personas con cáncer de la inmunoterapia.

Los resultados muestran que la mayoría de los pacientes, un 60%, no conocen en qué consiste la inmunoterapia y entre quienes sí la conocen, 3 de cada 4 pacientes, reconocen que su grado de conocimiento es bajo o nulo. opción terapéutica válida o no para cualquier tipo de cáncer.

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, es un tipo de tratamiento para el cáncer que estimula las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer. Para ello recurre a sustancias producidas por el cuerpo o fabricadas en un laboratorio, para mejorar o restaurar la función del sistema inmunitario. Actúa deteniendo o retrasando el crecimiento de las células cancerosas e impidiendo que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo.

Una de las participantes en la presentación del mencionado informe, es Inmaculada Escriche. Hablamos por teléfono con ella, antes del evento. Más de dos años atrás, después de acudir a Urgencias porque no podía respirar le diagnosticaron cáncer de pulmón. Una ironía macabra de la genética o el entorno, ya que Inmaculada pertenece a ese exiguo 3% de no fumadores con cáncer de pulmón. “Cuando le pregunté al médico, al darme el primer diagnóstico, “¿Me estoy muriendo?”, su respuesta fue: “Hoy no”. Y me aferré a ello: hoy no. Me dijeron que me quedaban cuatro meses de vida y eso fue hace 2 años y medio. Cuando me dijeron que no había ninguna alternativa, que no tenía tratamiento, lo que pensé es que tengo que ganarle tiempo al tiempo, quizás no me cure, pero un tratamiento me puede dar un año más y en ese tiempo se descubre otro avance y así. Cuando me hablaron de este ensayo me aferré a él. No me daban garantías, pero sí esperanzas, ya que la otra opción era atacar a cañonazos hasta que el cuerpo resistiera. En el reciente congreso de Atlanta, dijeron que uno de los avances más importantes es que extendieron la esperanza de vida en pacientes con cáncer de pulmón 30 meses. Yo ya he pasado esa estadística. Hemos avanzado, sí pero seguimos en la casilla de salida. Se ha resuelto el encharcamiento de los pulmones, pero sigo teniendo metástasis con los cinco tumores, la situación es grave pero exactamente igual que entonces. Garantía de futuro ninguna, pero lo podemos contar dos años después”.

«Antes la mortalidad era del 100%, ahora es del 86%, estamos avanzando lo más rápido posible»

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Otra participante en la presentación del informe es Estela Paz-Artal, jefe de Servicio de Inmunología del Hospital 12 de Octubre. “Es un avance muy importante – nos confirma Paz-Artal, en conversación telefónica –. Pero desde el punto de vista de los que trabajamos en salud, creemos que no se ha avanzado mucho y hay que seguir día a día. Básicamente las ventajas de la inmunoterapia frente a otras es que supone un aspecto complementario, un abordaje por una vía que estaba olvidada con respecto a la terapia convencional, como la quimio o la radioterapia. La inmunoterapia tiende a despertar algo que todos los humanos tenemos, que es el sistema inmune. Pero como todas las monedas tienen dos caras, la contra es que si estimulamos demasiado el sistema inmune, podemos hace que el cuerpo ataque otros sistemas propios y ese es el balance que hay que aprender a maneja bien. Hacemos un traje y lo ajustamos a cada paciente, tenemos que comprender bien a cada uno, apoyarnos en la genómica y en el estudio del tumor específico. Vamos aprendiendo poco a poco la receta de la inmunoterapia. En los últimos 4, 5 años ya han sido cerca de 1.500 los pacientes tratados en nuestro hospital. Actualmente los que más se benefician, es en melanoma y cáncer de pulmón”.

«Hay casos de cáncer en estadio 4, en los que la metástasis ha desaparecido y es la primera vez»

Inmaculada coincide con Paz-Artal, de hecho lee trabajo científico que cae en sus manos, busca las ponencias de los principales congresos y consulta con médicos y científicos sobre nuevas terapias. “En inmunoterapia, hemos pasado de un 11% a un 20% de supervivencia, llegamos a los 30 meses, pero cuando eres tú la que estás en las estadísticas, no me vale. Dos años se me hacen cortos. La inmunoterapia es el camino a seguir, funciona muy bien, pero no está todo curado, hay muchos casos que no se curan. A mi desde el principio me dijeron que, a día de hoy no hay cura, pero el objetivo es cronificarlo. Ojalá pudiera decir que ya está cronificado. Dos años después es bueno, pero la meta es llegar a los cinco años. Por un lado porque pasas a ser un paciente de larga esperanza y por otro porque a los cinco años las estadísticas cambian para bien”.

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Nos falta conocimiento, tiempo y las estadísticas no siempre acompañan, pero ya no son las mismas que un lustro atrás. “Nos queda mucho por aprender – coincide Paz-Artal –. Pero hay aspectos positivos. Hay casos de cáncer en estadio 4, con metástasis, en los que la metástasis ha desaparecido y es la primera vez en la historia que podemos decir que algunos pacientes se han curado. Antes la mortalidad era del 100%, ahora es del 86%. La experiencia acumulada con la inmunoterapia es muy pequeña aún, comparada con otras terapias. Aún no se sabe cuánto tiempo debe tratarse un paciente, si se debe descansar…esto se está tratando en todos los hospitales del mundo. Pero la esperanza de vida está aumentando lentamente. Y la cronificación del cáncer sería una muy buena noticia, sería algo tremendamente favorable para un paciente”.

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Inmaculada Escriche no se detiene. Colabora con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), da charlas, ponencias y participa de todo aquello que puede servir para ayudar a quienes lo necesitan. Participa de un programa de la AECC de ejercicio físico, controlado por un experto, sigue una dieta saludable (“mediterránea y casera”, no asegura) y ha mantenido una postura mental fuerte frente al cáncer. “Yo paro una semana y vivo 15 días, cada sesión de quimio e inmunoterapia me deja una semana en cama. En la parte mental creo que soy una excepción, siempre he estado muy fuerte. Lo publiqué, lo conté a mis amigos y mi familia. No necesité ir a terapia. A veces me he planteado cómo influye esta parte mental en mi pronóstico. Pero de qué me sirve ser fuerte si la medicina no funciona…Siempre es positivo para afrontar las náuseas, los dolores, pero esos van a seguir estando, solo lo hace más llevadero. No te puedo decir que esto me ha cambiado a peor. Yo no deseo estar enferma, no deseo pasar este proceso, pero ya que me ha tocado, lo intento atravesar del modo más positivo. Ayudo a mucha gente, valoro mucho más el tiempo y las experiencias”.

«¿De qué me sirve ser fuerte si la medicina no funciona?»

Ese es el futuro de Inmaculada Escriche. El de Paz-Artal, no está muy lejos en cuanto a ayuda y esfuerzo. “Nuestro país tiene una oportunidad enorme para hacer investigación clínica independiente –concluye esta experta –, no hay que olvidar que aporta un conocimiento muy importante. Es algo que hay que cuidar en este sentido y quizás sea algo que está un poco descuidado y puede que los profesionales no reciben todo el apoyo que podrían recibir, algo que redundaría en mayores beneficios para los pacientes”.

Juan Scaliter