Visualizar el desarrollo de sus embriones antes de transferirlo al útero materno mejora las tasas de embarazo en ciclos de fecundación in vitro (FIV). Investigadores del Institut Marquès han comprobado que una conducta activa, como mirar las imágenes en vivo de sus propios embriones desarrollándose en una incubadora durante los cinco días de cultivo a blastocisto incrementa las posibilidades de gestación.
“En el campo de la reproducción humana, pese a la evidencia de que la infertilidad por sí misma y los tratamientos de reproducción asistida puedan generar ansiedad y estrés, el impacto de las emociones sobre las tasas de embarazo está subestimado”, indican sus autores. Ya se conoce la interacción entre la psique y el sistema nervioso, endocrino e inmunitario es conocida y este enfoque ha sido aplicado para entender y tratar diferentes condiciones patológicas desde un punto de vista holístico.
En el estudio del Institut Marquès han participado 934 mujeres sometidas a un ciclo de FIV y transferencia embrionaria en fresco durante un período de tres años (2016-2018). Para minimizar las variables relacionadas con el factor ovocitario y embrionario, se han incluido en el estudio exclusivamente ciclos de donación de óvulos. Todos los embriones se cultivaron en una incubadora time-lapse y las madres pudieron conectarse on-line a las imágenes de sus embriones antes de la transferencia.
“Hemos observado un incremento de las tasas de embarazo a medida que aumenta el número de visualizaciones, alcanzando relevancia estadística para el grupo que superó las 30 visualizaciones en comparación con los otros grupos. Las tasas de embarazo y de embarazo clínico por transferencia de blastocisto único en fresco fueron en este grupo del 72,3%. Los resultados acaban de ser presentados en diferentes congresos científicos en Europa.
El embrioscopio está revolucionando la medicina embrionaria. Se trata de un incubador que mantiene in vitro las condiciones fisiológicas que requiere el embrión in vivo con una peculiaridad especial: incorpora una cámara que continuamente captura imágenes del desarrollo embrionario. Los pacientes tienen así la posibilidad de ver esta primera película de la vida desde su domicilio a través de internet y seguir la evolución igual que lo hacen los propios embriólogos.
Marian Benito