Seis minutos y medio más de lo previsto. Esa prolongación del día venusino es la sorpresa que nos ha enviado la sonda de la Agencia Espacial Europea Venus Express, en órbita alrededor del planeta. El dato coincide con las últimas mediciones realizadas por radar desde la Tierra, pero contradice el ritmo de rotación que habían determinado en las décadas de 1980 y 1990 las misiones Venera (URSS) y Magallanes (EEUU), respectivamente.
Los científicos descartan un error en las mediciones, pero no se explican aún la disminución de velocidad. Mientras algunos la achacan a la fricción del planeta con los fenómenos climáticos de su atmósfera, cuyos ciclos duran décadas, otros la atribuyen a la interacción de los momentos angulares de la Tierra y Venus cuando ambos se acercan.
Pilar Gil Villar