La superficie de Vesta presenta formaciones geológicas nunca vistas hasta ahora en ningún asteroide, así como zonas que doblan en brillo a regiones cercanas, según las últimas imágenes tomadas por la sonda Dawn de la NASA. Las áreas relucientes pueden llegar a los 16 km de diámetro y suelen aparecer en los cráteres o cerca de ellos. Se cree que salieron a la luz como consecuencia del choque otros asteroides contra la superficie. Parte del material del subsuelo quedaría esparcido por los alrededores.
Vesta está situado entre Marte y Júpiter y es uno de los objetos más brillantes del sistema solar. El investigador Jian -Yang Li, que participa en la misión Dawn, ha declarado que, tras analizar las imágenes, “creen que ese material brillante procede del propio Vesta y apenas ha cambiado desde que éste se formó hace unos 4 millones de años”.
El estampado de la superficie presenta tonalidades rojizas, pardas y grises. En opinión de los científicos, las zonas más oscuras pueden haberse producido cuando algunos meteoritos a gran velocidad fundieran al chocar zonas de la corteza basáltica. El material original de esta apunta a que Vesta puede conservar ingredientes del nacimiento del Sistema Solar.
Pilar Gil Villar
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