Gracias a un fósil hallado en Canadá, científicos británicos de la Universidad de Cambridge han descubierto al primer animal con músculos del que se tiene registro. La muestra, de hace unos 560 millones de años, se cree que pertenece a una prima hermana de las anémonas de mar y las medusas, a la que los investigadores han bautizado como Haootia quadriformis.

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Según puede observarse en el fósil, la criatura disponía de ‘hilos’ fibrosos que formaban su tejido muscular. El estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, señala que esta fue una adaptación importante en la evolución de los animales. «Esto confirma que el sistema muscular ya existía hace unos 560 millones años», explica el paleontólogo Alex Liu, coautor del estudio.

Enseñando músculo desde el Período Ediacárico

Si bien es cierto que los científicos ya sabían que el primer musculitos de la historia estaba relacionado con las medusas, hasta ahora no se tenía la prueba física. Encontrar fósiles de más allá del Cámbrico resulta difícil, aunque no imposible.

Antiguamente, los científicos pensaban que la evolución animal comenzó hace 540 millones de años, durante la explosión cámbrica, período de rápida evolución gracias al estallido de vida. Es en este momento, además, cuando se distinguen por primera vez organismos pluricelulares más complejos que las esponjas o las medusas. Pero en las últimas décadas, los investigadores han descubierto fósiles complejos y huellas de actividad de los animales del Período Ediacárico tardío, hace unos 635 millones de años y que se extendería hasta el inicio de la explosión cámbrica.

La mayoría de los fósiles de animales hallados del Ediacárico no conservan bien los marcadores que permiten a los investigadores trazar su origen. Pero en esta ocasión, el fósil canadiense se distingue a la perfección.

Un nuevo cnidario se añade a la lista

Además de ser el fósil más antiguo de un animal con músculos, la muestra representa un nuevo género y especie de cnidarios (entre los que están los corales, anémonas y medusas). Puede observarse como el cuerpo de la criatura tenía forma de disco, que probablemente usaba para anclarse al fondo del océano. Este disco estaba conectado a esos ‘hilos’ de fibras que comentábamos antes, dispuestos en una simetría cuádruple. Sus dimensiones eran de 56 × 37 mm (como la base de un vaso de agua).

El desarrollo del sistema muscular fue un evento crítico para la evolución animal. A excepción de las esponjas, todos los animales dependen de los músculos para poder moverse de un lugar a otro, así como para escapar de los depredadores, alimentarse o reproducirse. Los vertebrados son el ejemplo más extremo: «Todo depende del tejido muscular, desde la respiración hasta la digestión», afirma Liu.

Redacción QUO