Las medusas, los corales y las anémonas de mar tienen cuerpos muy diferentes, pero todas forman parte de la misma rama del árbol genealógico animal, los cnidarios.

Al igual que los corales y las anémonas, las medusas comienzan su vida ancladas al fondo marino, pero en un momento determinado, cortan el ancla y salen a navegar.

Ahora, un grupo de científicos del Instituto de Ciencias y Tecnología de Okinawa (OIST) descubrieron qué genes permiten que las medusas se gradúen de esta etapa estacionaria. Las conclusiones, publicadas en Nature Ecology & Evolution, se centran en el análisis del genoma de dos especies, la medusa común o medusa sombrilla (Aurelia aurita) y a medusa de caja (Morbakka virulenta).

«Al comparar estos dos tipos de medusas – señala Konstantin Khalturin, líder del estudio, en un comunicado –, buscábamos identificar algunas claves para comprender cómo las medusas pasan la etapa de polipos y abandona el lecho marino arenoso. Queríamos saber qué genes se activan para impulsar su desarrollo. Y, para identificarlos, debíamos cataloga todos sus genes. Luego observamos cómo se comportaban en las etapas de pólipos y de medusas. Pensábamos que la organización del genoma de ambas especies fuera más similar entre sí. Sorprendentemente, el orden de los genes en el genoma de la medusa común se parecía mucho más a los antozoos (como los corales o las anémonas) que a las medusas de caja.

De hecho, la composición genética de las dos medusas apenas se superpuso: sus genomas difieren tanto como el de los humanos del de los erizos de mar.

Los resultados mostraron que no hay una clave evolutiva genérica. Y aún así, quedaba una pregunta: ¿por qué los corales y las anémonas no pueden pasar a la fase de medusas?

Para resolver este misterio, los investigadores evaluaron qué genes estaban activos en las etapas de pólipos y de medusas de las dos especies analizadas y los compararon con 11 especies diferentes de cnidarios. Y aquí llegó la segunda sorpresa: el coral y las anémonas contienen aproximadamente dos tercios de los genes activos en la etapa de medusa de la medusa común.

La diferencia es que las medusas lunares tienen un arsenal de genes que se activan durante su etapa de medusa pero están ausentes en los antiozoos. Sin una etapa de medusas, los corales y las anémonas carecen de los genes para desarrollar ciertos órganos y tejidos, como los ojos y los músculos especializados para nadar.

Juan Scaliter