No es la primera vez que se conseguía algo así. En 2004, un equipo de físicos de la Universidad de Ginebra liderado por el profesor Nicolas Gillin, logró teletransportar el estado cuántico de un fotón a un cristal situado a seis kilómetros de fibra óptica. Fue un logro sin precedentes y ahora, diez años después, los artífices de aquel éxito científico han repetido el experimento y con unos resultados espectaculares, ya que han logrado superar su propia marca y teletransportar el estado del fotón ¡a 25 kilómetros de distancia!

El experimento ha consistido en dos fotones entrelazados. El primero de ellos fue propulsado a lo largo de una fibra óptica, mientras el segundo se envió a un cristal que funcionó como si fuera una especie de banco de memoria que almacenaba toda su información. Luego, en una maniobra que los autores del experimento comparan de forma coloquial con una partida de billar, el primer fotón (situado en la fibra óptica a 25 kilómetros de su gemelo) fue impactado por un tercero que lo hizo desaparecer. Pero los científicos comprobaron que la información de ese tercer fotón también fue transmitida (teletransportada) al que se encontraba en el espejo.

La importancia del experimento radica en que muestra que, en la física cuántica, lo importante no es la composición de una partícula, sino su estado, ya que ésta puede existir y persistir más allá de diferencias tan extremas como aquellas que distinguen la luz de la materia.

De todas formas, que nadie se emocione porque aún estamos muy, pero que muy, lejos de hacer realidad aquella célebre frase de Star Trek. «Scotty, teletranspórtame».

Redacción QUO