Según los resultados de un nuevo proyecto de cooperación financiado por la Fundación Alemana de Investigación, los primates pueden influir positivamente en la dispersión de semillas y ser los mejores ‘jardineros’ para regenerar los bosques tropicales.

Los científicos analizaron en la Estacion Biologica Quebrada Blanco (EBQB), ubicada en tierras bajas de la Amazonia peruana, los hábitos de dos especies de monos, y cómo estos y sus interacciones contribuían a la dispersión de un género de plantas con bonitas flores: Parkia panurensis. Para conseguir su objetivo, los investigadores observaron a dos distintas especies de tamarinos: Saguinus nigrifrons y Saguinus Bigotudas mystax, que fueron trasladados de forma conjunta al ‘área de pruebas’ designada por los científicos con el fin de que los tamarinos se alimentasen de las flores de las Parkia panurensis.

Los frutos de la Parkia tienen forma de vaina y contienen de 16 a 23 simientes, las cuales están cubiertas por un rico manjar comestible para los tamarinos. Estos primates platirrinos se alimentan de ellas, por lo que ingieren las semillas de las plantas que, mas tarde, defecarán en una zona diferente. Los investigadores registraron la ingesta de alimentos, así como la ubicación de todos los Parkia que visitaron. Recogieron también muestras fecales de los tamarinos que contenían simientes. «Con la ayuda de los análisis genéticos del ADN encontrado en la cáscara de la semilla, podemos saber a qué ‘planta madre’ corresponde la semilla» afirma Eckhard W. Heymman, uno de los investigadores. «Esto nos permitió determinar hasta qué punto las semillas de Parkia habían sido distribuidas por estos primates«.

Con el fin de confirmar el alcance de la dispersión de semillas por parte de los tamarinos, los científicos examinaron al detalle las tres distintas etapas de desarrollo de las plantas. Además de las semillas, se recogieron hojas jóvenes y maduras de aquellas Parkia que estaban al alcance de los primates. «Gracias al análisis de secuencias cortas de ADN con microsatélites, hemos sido capaces de identificar similitudes genéticas de plantas individuales«, dice Heymann.

El análisis de esta estructura genética de la población Parkia reveló una relación genética significativa de los embriones de plantas y árboles jóvenes dentro de un radio de 300 metros, dato que coincide con la distancia dentro de la cual la mayoría de las semillas son dispersadas por los tamarinos. Para los árboles maduros, la relación se redujo a un radio máximo de sólo 100 metros.

«En los bosques tropicales, el 80 o 90 por ciento de plantas y árboles son dispersadas por animales. Además de los primates, las aves y los murciélagos son los principales responsables de la dispersión de semillas», afirma Heymann. «Para las plantas, la dispersión de sus semillas es vital, ya que para los organismos sedentarios esta es la única manera de asegurarse descendencia». Por tanto, los primates frugívoros como los tamarinos son de gran valor para la regeneración natural y la diversidad de los ecosistemas en los que habitan. Y también, como no, los mejores jardineros para evitar la pérdida de nuestras preciadas selvas tropicales.

Redacción QUO