Cada día son más los datos que tenemos en relación a los objetos que podrían acercarse a la órbita terrestre e implicar un peligro real para nuestro planeta. Pero aún nos queda mucho por conocer. Y bastante más por hacer.
Paul Chodas del Jet Propulsion Lab de la NASA (JPL) es una autoridad en las órbitas de los asteroides y las probabilidades de impacto de pequeños cuerpos del sistema solar. Él es el creador principal del software que permite calcular la probabilidad de un impacto que utiliza la NASA. Junto a Don Yeomans es también co-desarrollador del sistema de monitoreo de impacto Sentry, un programa que analiza continuamente las bases de datos de las órbitas de los asteroides conocidos y comprueba las posibles colisiones futuras.
Chodas recuerda que hace apenas dos años, tuvimos dos encuentros con cuerpos pequeños. Uno de ellos fue con un pequeño asteroide, de unos 20 metros de diámetro, que explotó cerca de la ciudad de Cheliábinsk. Con una masa mayor que la de la Torre Eiffel, el asteroide chocó con la superficie liberando una energía equivalente a cerca de 500 kilotones de TNT, unas 20 o 30 veces la energía liberada en la explosión atómica de Hiroshima. La enorme onda de choque resultante destrozó el vidrio en los edificios de la ciudad, hiriendo a cerca de 1.500 personas. Unas 24 horas después, el 2012 DA14, una roca espacial de unos 30 metros de diámetro, pasó zumbando cerca de la Tierra a una distancia de unos 27.700 kilómetros, unas 2,2 veces el diámetro de la Tierra.
Da que pensar, no?
El experto en impacto de asteroides Alan Harris, asegura que existen 200 millones de objetos demás de 6 metros de diámetro que están en órbitas que cruzan la Tierra. Harris, de hecho, es el que ha desarrollado los estudios de población de asteroides que Chordas utiliza en sus modelos informáticos y de acuerdo con sus hallazgos hay alrededor de 10 millones de estos cuerpos en órbitas que podrían impactar con la Tierra en los próximos 50 años.
Para anticipar cualquier encuentro desafortunado, existen diferentes sistemas de alerta y detección en el mundo. Uno de ellos es el Catalina Sky Survey (CSS) y se compone de dos telescopios ubicados en las montañas de Tucson Arizona. Se trata de una de las principales herramientas utilizadas por la NASA para buscar objetos cercanos a la Tierra y crear una lista de los llamados asteroides potencialmente peligrosos que podrían visitarnos con malas intenciones.
Pero el CSS no está solo. En Hawai, el telescopio Pan-Starrs 1 también participa activamente en este tipo de rastreo, así como el telescopio de Vigilancia Espacial de Darpa (Darpa Space Surveillance Telescope), el Proyecto Lincoln de Investigación de Objetos cercanos a la Tierra, una colaboración del la Fuerza Aérea Estadounidense, el MIT y la Nasa, el Proyecto Spacewatch, también en Arizona o NEOWISE, un estudio que utiliza la nave Wide-Field Infrared Survey Explorer, WISE por sus siglas en inglés. Justamente NEOWISE, liderado por la científica planetaria Amy Mainzer, ha permitido detectar más de 400 objetos cercanos a la Tierra en un período relativamente corto, incluyendo 170 desconocidos hasta la fecha.
Estas iniciativas, junto a otras a nivel mundial, han permitido que los astrónomos ubiquen unos 12.000 objetos cercanos a la Tierra, la mayoría de ellos asteroides y solo un 1% serían cometas. De ellos, 868 tienen más de 1 kilómetro de diámetro y produciría una catástrofe global si golpearan la Tierra.
Pero estos 12.000 no son el final de la historia, sino el principio. Chodas estima que el número debería ampliarse a 20.000 ya que la mayoría de ellos serían de un tamaño menor a los 100 metros ya veces “eluden” a los telescopios tales objetos en el rango de 100 metros o más grandes debe existir en el espacio que rodea a la Tierra. A finales de 2014, la NASA publicó un mapa que muestra 556 cuerpos, de entre 1 y 20 metros que chocaron contra la Tierra entre 1994 y 2013. Casi 30 impactos por año. Pero no hay problema…se trata de pequeños asteroides, no es cierto? Según Chodas, un asteroide de 5 metros produciría una explosión de unos 10 kilotones… o la energía liberada por 10.000 toneladas de TNT, un poco menos que la bomba de Hiroshima.Un bólido de 25 metros, liberaría 1 megatón (un millón de toneladas de TNT) de energía mientras que un asteroide de 50 metros llegaría a los 10 megatones Y ahora sí, a medida que aumenta el tamaño, las consecuencias se multiplican.Un asteroide de 140 metros generaría unos 300 megatones, uno del doble de tamaño, llegaría a los 2.000 megatones y si duplicamos el pedruzco, la cifra es 20.000 megatones. Afortunadamente las estadísticas indican que un asteroide de 140 metros choca contra la Tierra cada 20.000 años, uno de 300 cada 70.000 y el siguiente cada 200.000 años. Y aún así, de acuerdo con Chordas, no estamos hablando de devastación global. Para empezar a mencionar el Apocalipsis se precisa de un objeto de al menos un kilómetro de diámetro. Energía liberada: 100 mil megatones. Frecuencia del evento: cada 700.000 años.A partir de aquí, todo es extinción masiva.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los científicos es que la población de estos cuerpos potencialmente peligrosos, no es estática. Con el tiempo, varios miles de años, el cinturón de asteroides que orbitan entre Marte y Júpiter puede generar nuevos miembros del club. También podríamos tener visitantes que aún no conocemos y que provengan de mucho más allá del Cinturón de Kuiper, en la periferia de nuestro sistema solar, en la Nube de Oort, un depósito de unos 2.000 millones de de cometas.
Ante la posible, pero poco probable, llegada de uno de estos “indeseables”, existe un sistema de alerta temprana llamado ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) y que ha sido desarrollado por la Universidad de Hawaii y la Nasa. ATLAS proporcionará una advertencia de un día si se acerca un asteroide capaz de liberar 30 kilotones, una semana si el asesino tiene una carga de 5 megatones y tres semanas si la apuesta sube a los 100 megatones.
Para evaluar el potencial riesgo de que un asteroidechoque con nuestro planeta, los expertos utilizan la Escala de Torino de Riesgos de Impacto. A cada cuerpo se le asigna un número de cero a 10, donde cero indica una exigua probabilidad de colisión o que el objeto se quemará en su entrada a nuestra atmósfera y el diez representa un impacto inevitable de un asteroide que amenaza nuestra supervivencia.Hasta que a un objeto no se le asigna un Nivel 3 no se alerta a otros expertos del peligro.

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Una vez que llegamos al nivel 5 la categoría cambia de «necesidades de atención» a «en peligro.» Estos impactos todavía no constituyen una certeza, pero ya requieren una atención especial, aunque su daño sería localizado. Mientras que los dos siguientes niveles ya alcanzan la escala global.
En el nivel 8, 9 y 10 el panorama ya es muy sombrío. Afortunadamente, los 9 ocurren cada 10.000 a 100.000 años y los 10 son menos frecuentes.
Hasta la fecha, ningún objeto siempre ha sido calificado por encima del nivel 4. De los miles de asteroides detectados, sólo hay dos que todavía tienen una calificación por encima de cero en la escala Torino – y los dos están en el Nivel 1. Esos son 2011 GA5 ( con el que podríamos cruzarnos entre 2040 y 2047, con una probabilidad de 1 en 500, es decir un 0,2%) y 2007 VK184 ( el impacto sucedería, con una posibilidad de 1 en 3030, entre 2048 y 2057). Así que, por ahora, puedes celebrar el Asteroid Day con tranquilidad… Suponemos.

Juan Scaliter