Mañana ya estará en la calle la revista Science con los hallazgos más importantes y polémicos de esta semana, pero antes te los presentamos en Quo.

Una revisión a los restos de la colisión entre la Tierra y la Luna
Un nuevo estudio demuestra que las rocas de ambos cuerpos tienen isótopos de oxígeno casi idénticos, lo que indica que hubo un alto grado de combinación cuando ambos cuerpos colisionaron miles de millones de años atrás. Los resultados contradicen varias de las teorías hasta ahora afirmadas. Las conclusiones se basan en el análisis desiete rocas obtenidas durante las misiones Apolo 12, 15 y 17 y de meteoritos lunares. Los resultados obtenidos encuentran diferencias en apenas 5 partes por millón y, de acuerdo a sus autores, esta diferencia con trabajos previos se debe a que han utilizado nuevas técnicas y muestras más limpias.
Registros de actividad sísmica débil predice grandes terremotos
Se ha logrado identificar un patrón de deformación gradual lento que comienza justo antes de terremotos moderados e importantes, incluso en el que en 2011 asoló Japón. Una mejor comprensión de estos movimientos y ciclos permitirá crear medidas para anticipar cualquier movimiento telúrico de importancia. El equipo, liderado por Naoki Uchida, analizó 6.126 terremotos en un período de 28 años con el objetivo de crear este modelo predictivo.
Células inmunes y dieta
Habitualmente no pensamos en ellos, pero si nos detenemos un segundo, se convierte en un enigma: ¿Por qué nuestras células inmunes no atacan las moléculas de nuestros alimentos? Para intentar responder a este dilema, un equipo de la Universidad de Seúl, liderado por Kwang Soon Kim, creó una serie de ratones que fueron alimentados mediante una dieta de sólidos libres por completos de macromoléculas propias de la comida, lo que hace que estos roedores se desarrollen sin antígenos en sus intestinos. A este grupo se lo comparó con otro que se alimentaba de forma convencional. Al analizar ambos grupos, los expertos descubrieron que los ratones que formaban parte del primero no habían desarrollado células Treg en sus intestinos, mientras que el segundo grupo sí lo había hecho. Y, cuando cambiaron la dieta de los ratones de la primera muestra, estos comenzaron a sufrir diarreas. La conclusión obtenida es que las células Treg, juegan un papel fundamental en determinar la respuesta de nuestro sistema inmunológico.
La inhibición de determinadas señales del sistema inmunológico detienen el desarrollo del autismo
Al bloquear una serie de proteínas, relacionadas con el autismo, durante el embarazo de ratones, los expertos, liderados por Gloria Choi, del MIT, consiguieron eliminar conductas similares al autismo en las crías. El trabajo permite deducir que existe un modo potencial de prevenir el desarrollo de este desorden. La proteína implicada actúa cuando el sistema inmunológico responde a una infección.
Reemplazo del cromosoma Y en ratones macho
Aumentando la expresión de apenas dos genes (Sry y Eif2s3y), un equipo internacional de universidades de Francia y Estados Unidos, logró reemplazar el cromosoma Y en ratones, sin que estos perdieran su capacidad reproductora. El logro brinda nueva información relacionada con el rol del cromosoma Y en la reproducción y en determinar el sexo. Lo interesante es por que sucede esto. Aparentemente la contraparte del gen Eif2s3y en el cromosoma X, toma el mando y es lo que permite que el esperma del macho sea viable. El descubrimiento implica la existencia de una plasticidad importante en el genoma de los mamíferos.
Los babilonios calculaban la posición de Júpiter
El análisis de antiguas tablillas babilónicas revelan que esta civilización utilizaba la geometría para calcular la posición en el tiempo y el espacio de un cuerpo celeste, unatécnica que se pensaba los humanos no habían desarrollado hasta 1.400 años después. Gracias a ello pudieron seguir al planeta más grande de nuestro Sistema Solar. El estudio de tablillas babilónicas del 350 a. de C. le permitió a Mathieu Ossendrijver, de la Universidad de Humboldt, Alemania, descubrir que ya en esa época se utilizaban conceptos aritméticos aplicados pero también la geometría para situar a Júpiter en el cielo. De acuerdo con Ossendrijver, este hallazgo reformula nuestros libros de historia, mostrando que los científicos del siglo XIV a los que se les reconocía el haber desarrollado este tipo de cálculos, estaban siglos por detrás de los babilonios.

Juan Scaliter