Pese a que el universo está en constante cambio, la mayoría de los procesos son demasiado lentos para ser observados durante una vida humana. Pero ahora, un equipo internacional de astrónomos, ha observado una excepción a esta regla. “La estrella SAO 244567 es uno de los más raros ejemplos de una estrellay nos ha permitido ser testigos de la evolución estelar en tiempo real – explica Nicole Reindl, de la Universidad de Leicester, Reino Unido y autora principal del estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS) –. En sólo veinte años la estrella ha duplicado su temperatura y era posible ver como ionizaba lo que ahora se conoce como la Nebulosa Stingray y que entonces la envolvía”.

Las observaciones realizadas en los últimos 45 años, permitieron descubrir que la temperatura de la superficie de la estrella se elevó unos 40.000 grados centígrados. Ahora nuevas observaciones realizadas con el Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos (COS) en el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA han revelado que SAO 244567 ha empezado a enfriarse y expandirse.
Aunque no sea la primera vez que se observa este comportamiento, sí es algo inusual. En 2014 Reindl y su equipo propusieron una teoría que resolvía el enigma tanto del rápido aumento de temperatura de SAO 244567, como de su baja masa (debía ser entre tres y cuatro veces más grande que el Sol y sin embargo tenía su tamaño). En dicho estudio, sugerían que el calentamiento se debía a lo que se conoce como un evento de flash de helio: una breve ignición del helio fuera del núcleo estelar.

Esta teoría tiene implicaciones muy claras para el futuro de SAO 244567: si de hecho ha experimentado un evento de este tipo, a continuación, la estrella comenzaría a expandirse y enfriarse de nuevo, para volver de nuevo a la fase anterior de su evolución. Y esto es exactamente lo que las nuevas observaciones confirman. Como explica Reindl en un comunicado: «La liberación de la energía nuclear obliga a la estrella ya muy compacta a expandirse de nuevo a grandes dimensiones, es decir a renacer”. Y, pese a no ser el único ejemplo conocido, sí es la primera vezque se logra observar esto, en tiempo real, en una estrella.

Juan Scaliter