El Códice Dresde es un documento de 39 páginas que ha jugado un papel clave para descifrar la escritura maya. Además, desde hace más de un siglo, gracias a la precisión de sus observaciones astronómicas, el Codex Dresdensis ha despertado un gran interés entre aquellos con afición por escrutar el cielo.

Pero, recientemente, el profesor de antropología Gerardo Aldana (de la Universidad de California en Santa Bárbara), ha asegurado que los datos del Códice han sido mal comprendidos y muy poco apreciados. En un artículo publicado recientemente, Aldana incide en que el caso de la Tabla de Venus representa una notable innovación en las matemáticas y la astronomía, y además, «un logro claramente maya».

En el citado artículo, Aldana combina el estudio de los jeroglíficos mayas (epigrafía), la arqueología y la astronomía, para presentar una nueva interpretación de la Tabla de Venus, que rastrea las fases observables del planeta. El uso de este enfoque multidisciplinar, da una nueva perspectiva e interpretación de la tabla. Según él, una nueva lectura de la misma demuestra que la corrección matemática de su «calendario de Venus» probablemente fue realizado en la ciudad de Chich’en Itzá durante el periodo Clásico Terminal (siglos IX y X).

Los investigadores saben desde hace mucho tiempo que el prefacio de la Tabla de Venus (página 24 del Códice de Dresde), contenía lo que el profesor Aldana denomina una «sutileza matemática» en su texto jeroglífico. Incluso sabían qué era: servía para corregir el ciclo irregular de Venus, que es de 583.92 días. Es el mismo principio que se utiliza para los años bisiestos en el calendario gregoriano.

Mientras estudiaba minuciosamente los jeroglíficos, se dio cuenta de uno de los verbos claves que más se repite, k’al, tenía un significado completamente distinto al que siempre se había interpretado. En la lectura de Aldana, tenía un propósito histórico y cosmológico. Ese avance lo llevó a pensar sobre lo que el escriba maya quería decir. «Ellos [los mayas] sabían que estaba mal, pero la numerología era más importante. Y eso es lo que los expertos han estado diciendo durante los últimos 70 años».

El arqueólogo se apoya en una comparación con otras culturas, como la egipcia o la griega. «Vamos a suponer que tenían registros históricos y trataban de mantenerlos actualizados. Ellos lo hacían buscando un fin: consultar el futuro. Exactamente lo mismo que hicieron los griegos, egipcios y todos los demás. La historia de la astronomía occidental se basa completamente en esta premisa».

Aldana considera que los mayas ya observaban Venus. Algo que ya han reconocido otros expertos como el arqueólogo Javier Mejuto. A los mayas les maravillaba Venus, tanto que su posición les indicaba cuando debían de estar listos para la guerra.

Fuente: sciencedaily.com

Redacción QUO