Hace más de un milenio (alrededor del año 530 d. C.) la región de Palenque, en México, fue asolada por una guerra entre diversos señoríos mayas. El acontecimiento histórico ahora se ve confirmado por la aparición de varias estatuas precolombinas que muestran las figuras de guerreros cautivos. Las estatuas tienen inscripciones jeroglíficas que, según los arqueólogos, explican que los prisioneros eran súbditos de Kuy Nic Ajaw, un caudillo que dominó la región. “Después de su captura, probablemente fueron despojados de sus ropajes, humillados y finalmente decapitados”, aventura el director de la excavación, Juan Yadeun.
Las figuras, en piedra caliza y con una altura de 1,5 m, están asombrosamente bien conservadas (a excepción de una). Junto a ellas apareció también un tablero con un jeroglífico que los arqueólogos creen que señala los resultados de un partido de pelota.
Un nuevo tesoro maya
