De acuerdo con el Digital News Report, de la Universidad de Navarra, las redes sociales constituyen la principal fuente de información del 40% de los internautas . La cifra aumenta al 53% si tenemos en cuenta exclusivamente a los internautas menores de 35. Y lo sorprendente es que casi la mitad confían plenamente en ellas.
El 2016 ha mostrado, por un lado, una avalancha de noticias falsas, muchas vinculadas a la campaña electoral en Estados Unidos, pero otras relacionadas a eventos como el Huracan Sandy que, supuestamente había provocado la inundación de Wall Street.

A ello se une un alud de sitios de noticias falsas, algunas que recurren claramente al humor, pero otras a titulares confusos con el objetivo de sacar partido de las visitas, lo que provoca la confusión, el miedo y la inquietud. Todo esto ha provocado, afortunadamente, el nacimiento de numerosos sitios del tan mentado Fact-cheking o confirmación de datos. Como prueba están Snopes.com, PolitiFact y FactCheck.org entre otros.

Para intentar comprender cómo una noticia falsa se transforma en viral, investigadores del Centro de Investigación en Redes y Sistemas Complejos de la Universidad de Indiana, han desarrollado Hoaxy (diminutivo de hoax, bulo en inglés).El objetivo de esta plataforma es reconstruir las redes de difusión inducidas por los engaños y sus correcciones, a medida que se comparten por internet y se transmiten de persona a persona. Hoaxy permitirá a los investigadores, a los periodistas y al público en general estudiar los factores que afectan el éxito y la mitigación de la desinformación digital masiva. Aunque no se trata de la versión definitiva, la web permite ver cómo un bulo “infecta” la red lentamente. Esto es sumamente importante ya que, como demuestra un reciente estudio, mientras un bulo se hace viral por la “colaboración” de los usuarios más activos en la red, la tarea de fact-checking es más un trabajo de hormigas que rara vez, ve la luz.

Juan Scaliter