Nuestra reacción ante los estímulos depende, en gran medida, de las experiencias pasadas y del camino que han trazado hasta nuestra memoria. Se sabe que las conexiones entre las neuronas en el cerebro, las sinapsis, se alteran durante el aprendizaje, aunque aún persisten muchos misterios relacionados a la formación de los recuerdos. Para los científicos es importante estudiar cómo las proteínas y los genes actúan en este proceso porque la pérdida de la memoria y de la capacidad de aprender debido al envejecimiento o a las enfermedades puede reducir nuestra calidad de vida.
En un artículo publicado en Cell Reports, un equipo de científicos, liderados por Anandasankar Ray, de la Universidad de California, Riverside, ha comenzado a desentrañar algunos de estos misterios. Sus conclusiones muestran que el inhibidor de la histona deacetilasa 6 (o HDAC6) juega un papel importante en el aprendizaje de las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) actuando como un regulador, que puede aumentar o disminuir la señal a través de las sinapsis, cuando la mosca aprende algo nuevo.
Los HDAC han sido ampliamente estudiados como dianas de fármacos en enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis lateral amiotrófica, el Parkinson, Alzheimer o Huntington, pero su papel en individuos sanos es menos conocido. “Descubrir que el HDAC6 tiene un papel en el aprendizaje en el modelo de la mosca de la fruta puede ayudar en el futuro si funciona de la misma manera en los seres humanos – aseguró Ray en un comunicado –. Ciertos fármacos que bloquean la actividad de la enzima histona deacetilasa, podrían utilizarse potencialmente para tratar el trastorno de estrés postraumático. U otros, que estimulan su actividad, podrían servir para mejorar la memoria”.
Juan Scaliter