El pasado 22 de febrero de 2017, un grupo de científicos belgas anunció un extraordinario descubrimiento: habían localizado un pequeño sistema planetario formado por siete exoplanetas que orbitan muy cerca de la estrella enana roja fría TRAPPIST-1.

Desde aquel instante, numerosos astrónomos y astrofísicos se han interesado en conocer más a fondo tan increíble hallazgo con el fin de tratar de averiguar si podría haber vida en ellos. En un principio, los científicos creían que solo era posible que hubiese vida en tres de ellos, pero ahora especulan con que los demás también puedan contener vida, aunque sea formada por microorganismos.

La razón, según investigadores de Harvard, es que los planetas están muy cerca los unos de los otros. Tanto, «que podrían hacer autostop entre ellos». Teniendo en cuenta dicha cercanía y que si algunos de ellos tienen la posibilidad de poseer agua en estado líquido, se especula con que pueda haber vida en los siete. La distancia entre ellos es de un viaje de unos días de duración (lo que contrasta con nuestra situación, que tardamos un curso escolar en llegar hasta Marte). La teoría de los científicos de Harvard, es que si un meteorito impactase con cualquiera de los exoplanetas que forman este pequeño sistema, habría unas mil veces más de posibilidades de diseminar partículas que permitan la supervivencia de organismos extremófilos. Es decir, si esto sucede, no sería extraño que dichos organismos caigan en otro de los planetas y se queden a vivir allí (hipótesis conocida como panspermia).

Fuentes:

dailymail.co.uk | newscientist.com | QUO |

Rafael Mingorance