Solo en Estados Unidos los estudios científicos utilizan 25 millones de vertebrados en sus investigaciones. Y un 95% de ellos son roedores.
Ahora un estudio liderado por Kelly Gouveia y Jane Hurst de la Universidad de Liverpool señala que el modo en el que los ratones son capturados por los científicos a la hora de realizar experimentos puede cambiar sustancialmente su comportamiento en las pruebas cognitivas.
Los autores descubrieron que aquellos roedores a los que se guiaba por un túnel en el que se había puesto un olor tentador (orina de hembra) eran mucho más activos en las pruebas de exploración que los que habían sido recogidos por la cola, el método tradicional, que si bien es rápido e indoloro, causaría aversión y estrés en los animales.

A lo largo de 3 sesiones diferentes, los ratones recogidos por la cola mostraban muy poca voluntad de explorar el recinto de evaluación e investigar de dónde provenía el olor. Muchosni siquiera buscaban el aroma del recinto con el olfato, mientras que aquellos que habían usado el túnel, exploraban su entorno y evidenciaban un fuerte interés en el nuevo estímulo.
Al ser los animales más utilizados en investigación, la manipulación es una parte importante de larutina, por lo que manejar el estrés podría afectar el bienestar de millones de ratones utilizados en la investigación en todo el mundo. Y no solo eso, también existe un elemento científico. Si la ansiedad de los roedores se asocia con una menor exploración, evitarla podría mejorar la fiabilidad de una amplia gama de pruebas de comportamiento utilizadas para comprender el aprendizaje y la memoria, evaluar la función génica, probar los déficits sensoriales, o para el descubrimiento de fármacos, por ejemplo.
Hay que destacar también que el estudio, publicado en Scientific Reports, se financió con fondos del NC3Rs, National Center for the Replacement Refinement and Reduction of Animals in Research, una organización británica que aboga por una reducción del uso de animales en la investigación

Juan Scaliter