Menos de una uña. Eso es lo que mide el pequeño diente de tiburón que constituiría la prueba de que a medida que los Andes se elevaban, el Amazonas Oriental se hundió dos veces. La primera inundación se habría producido entre 18 y 17 millones de años atrás y la segunda entre 16 y 12.La inundación habría hecho que las aguas del Caribe ocuparan la región desde Venezuela hasta el noroeste de Brasil.
“Los registros de polen de los pozos de petróleo en el este de Colombia – explica Carlos Jaramillo, líder del estudio publicado en Sciences Advances (Miocene flooding events of western Amazonia) –y los afloramientos en el noroeste de Brasil muestran claramente dos eventos de corta duración en los cuales el agua del océano inundaron lo que ahora es la parte noroeste de la cuenca amazónica. Los geólogos están en desacuerdo sobre el origen de los sedimentos en esta área, pero ofrecemos pruebas claras de que son de origen marino, y que los eventos de inundación fueron bastante breves”.
Junto al diente de tiburón, el equipo de Jaramillo encontró parte deuna langosta mantis y otros organismos marinos microscópicos y un registro de más de 50.000 granos de polen individuales de la región de Saltarín, en Colombia. El análisis demostró que existían dos capas distintas de polen marino separadas por capas de tipos de polen no marinos.
Son varias las interpretaciones sobre la historia geológica de la región, una de ellas es que aquí existió un gran mar, poco profundo, pero también se habla de un enorme lago de agua dulce, ríos que se inundaban por el agua de mar y hasta un metalago de agua salada, que no tiene un símil moderno.
«Es importante entender los cambios en el vasto paisaje amazónico – concluye Jaramillo –, sobre todo porque tuvieron un efecto profundo, tanto en la evolución como en la distribución de la vida en la región y también en el clima pasado y presente del continente”.
Diente de una especie de tiburón que habitó el Amazonas durante el Mioceno temprano. Crédito imagen: Jorge Carrillo.
Juan Scaliter