El leopardo de las nieves (Panthera uncia) es considerado el felino más difícil de estudiar del mundo. Habita una extensa área de alrededor de 1,6 millones de km2 (dos veces el tamaño de España) en 12 países de Asia. Su cuerpo se ha adaptado a vivir en un entorno con poco oxígeno (vive a partir de los 3.000 m de altura), temperaturas extremas y una gran aridez. Es el mayor carnívoro de la región y también está bajo amenaza de extinción.
Su estudio se ha visto constantemente obstaculizado por tres motivos: el leopardo de las nieves habita en regiones remotas que a menudo son políticamente inestables; las oportunidades de rastreo por radio o GPS son limitadas porque resulta muy difícil atrapar ejemplares salvajes y, por último, se desconocen los orígenes de la población cautiva.
Pese a todo ello, un reciente artículo de investigación publicado en Journal of Heredity revela que hay tres subespecies de leopardo de las nieves, una sorpresa ya que hasta ahora, los investigadores habían asumido que esta especie, era monotípica.

Gracias al análisis de los rastros de leopardo de nieve y a análisis genéticos, los autores del estudio han revelado que existen tres poblaciones diferenciadas por su ubicación geográfica: el grupo del Norte, Panthera uncia irbis, que habita la región de Altai, el grupo Central, Panthera uncia uncioides, situado en la región de los Himalayas y el grupo occidental, Panthera uncia uncia, que se encuentra en las regiones de Tian Shan, Pamir y trans-Himalaya.
Los patrones de variación entre las subespecies sugieren un “efecto barrera”: cada grupo está aislado de los otros por regiones desérticas, como el Gobi o los Himalayas.

Juan Scaliter