Miles de patos de goma, un grupo de científicos y un dron, han demostrado la utilidad y la precisión de estos últimos a la hora de realizar un monitoreo de la vida silvestre. Un estudio de la Universidad de Adelaida, liderado por Jarrod Hodgson, demostró que monitorear la vida silvestre utilizando drones es más preciso que los métodos tradicionales de conteo. Los resultados han sido publicados en Methods in Ecology and Evolution.
«Durante algunos años – explicaHodgson en un comunicado –, los drones se han utilizado para estudiar diferentes animales que se pueden ver desde arriba, incluidos elefantes, focas y aves que anidan. Pero, hasta ahora, la precisión del uso de drones para contar la vida silvestre no estaba clara. Necesitábamos probar la tecnología cuando sabíamos la respuesta correcta. No podíamos usar animales salvajes porque nunca podríamos estar seguros de la cantidad real de individuos presentes”. Así fue cómo nació el Epic Duck Challenge (Desafío Épico de los Patos), que consistió en crear colonias de miles de patos de goma que eran fotografiados por drones a unos 120 metros de altura y en diferentes resoluciones.

Las falsas colonias se ubicaban en una playa en Adelaide, Australia. Los científicos entonces desafiaron a experimentados observadores de vida silvestre a que contaran las aves, mientras un dron hacía lo mismo. Los primeros utilizaron binoculares o telescopios para cumplir su objetivo. Mientras esto ocurría, los científicos llevaron a cabo su “censo” a partir de las imágenes que recibían y ganaron por tiempo y precisión. Pero el verdadero avance se produjo cuando los científicos desarrollaron un algoritmo para contar los patos automáticamente y los resultados fueron igual de buenos.

«Con tantos animales en todo el mundo que se enfrentan a la extinción – concluye Hodgson –, nuestra necesidad de datos precisos sobre la vida silvestre nunca ha sido tan grande. Un monitoreo preciso puede detectar pequeños cambios en el número de animales. Eso es importante porque si tuviéramos que esperar un gran cambio en esos números para notar el declive, podría ser demasiado tarde para conservar una especie amenazada. Nuestros resultados muestran que si los drones hacen esta tarea, producen mejores datos que podemos utilizar para gestionar de forma proactiva la vida silvestre”.

Juan Scaliter