Las células cancerosas son más que un amasijo de células que crecen fuera de control: constantemente están enzarzadas en un combate activo con el sistema inmune para garantizar su supervivencia. De hecho, ser capaz de evadir el sistema inmune, es un sello distintivo del cáncer. Pero hacen mucho más. De acuerdo con un reciente estudio, publicado en Nature, las células cancerosas liberan «drones» biológicos para ayudar en esa lucha: vesículas pequeñas llamadas exosomas que circulan en la sangre y están armadas con proteínas llamadas PD-L1 que hacen que las células T se agoten antes de tener la oportunidad de alcanzar el tumor y defender nuestro cuerpo.
El hallazgo ofrece una imagen que cambia el paradigma de cómo los tumores llevan a cabo una acción sistémica para suprimir el sistema inmune. Además, también apunta a una nueva forma de predecir qué pacientes con cáncer responderán a la terapia anti-PD1 que interrumpe la supresión inmune para combatir los tumores y también se erige en un medio para rastrear la efectividad de tales terapias.
«Las inmunoterapias – explica Wei Guo, líder del estudio, en un comunicado – son vitales para muchos pacientes con melanoma metastásico, pero alrededor del 70% de estos pacientes no responden. Estos tratamientos son costosos y tienen efectos secundarios tóxicos, por lo que sería muy útil saber qué pacientes van a responder. La identificación de un biomarcador en el torrente sanguíneo podría ayudar a hacer predicciones tempranas sobre qué pacientes responderán y, más adelante, podría ofrecer a los pacientes y a sus médicos para diseñar una estrategia destinada a controlar la efectividad del tratamiento”.
Juan Scaliter