Mientras Bangkok se prepara para albergar las conversaciones sobre el cambio climático, la capital de Tailandia, con más de 10 millones de habitantes, se encuentra bajo el asedio del medio ambiente, con graves pronósticos que advierten que podría quedar parcialmente sumergida en poco más de una década.
La cumbre que comenzará mañana, es un anticipo de la próxima conferencia climática de la ONU, en Polonia a fines de 2018, para establecer normas sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la prestación de ayuda a los países vulnerables.
A medida que aumentan las temperaturas, se predice que los patrones climáticos anormales, como los ciclones, las precipitaciones irregulares y las intensas sequías e inundaciones, empeorarán con el tiempo, añadiendo presión a los gobiernos encargados de cumplir el tratado climático de París 2015.
Bangkok, construida en una tierra pantanosa a unos 1,5 metros sobre el nivel del mar, se prevé que sea una de las zonas urbanas más afectadas del mundo, junto a otros colosos del sureste asiático como Yakarta y Manila.
Un informe del Banco Mundial señala que casi el 40% de la capital tailandesa se inundará ya en 2030 debido a las precipitaciones extremas y los cambios en los patrones climáticos. En 2011, cuando la temporada del monzón trajo las peores inundaciones en décadas, un quinto de la ciudad quedó bajo el agua. Al mismo tiempo, los mares del Golfo de Tailandia están aumentando su nivel unos cuatro milímetros al año, una cifra por encima del promedio mundial.
Para empeorar las cosas, los canales que solían atravesar la ciudad ahora han sido reemplazados por redes de carreteras intrincadas sistema de drenaje natural y las granjas de gambas y otros desarrollos de acuicultura, que a veces reemplazan a los bosques de manglares que protegen contra las marejadas, también han causado una erosión significativa en la costa cercana a la capital. Esto significa que Bangkok podría quedar atrapada por las inundaciones del mar en el sur y por las inundaciones del monzón desde el norte
Actualmente, el gobierno está luchando para mitigar los efectos del cambio climático, construyendo una red de canales municipales de hasta 2.600 kilómetros con estaciones de bombeo y ocho túneles subterráneos para evacuar el agua si ocurre un desastre. La Universidad Chulalongkorn en 2017 también construyó en el centro de Bangkok un parque de unas 5 hectáreas especialmente diseñado para drenar varios millones de litros de lluvia y redirigirlo para que los vecindarios circundantes no se inunden. Pero se necesitan más herramientas.
Juan Scaliter