Paul Sereno el paleontólogo con más fans del mundo, y con más muescas en su sombrero por dinosaurios descubiertos, toma en su mano una pata delantera de Raptorex y, perdonen el símil, parece de pollo. Al minuto muestra esa misma pata, pero procedente del fósil de un portentoso Tiranosaurio rex, y queda claro el poderío del gigante del Cretácico superior (hace entre 68 y 65 millones de años). Lo que Sereno cuenta en el vídeo, y en el artículo que publica en Science, es que entre pata y pata la única diferencia encontrada es el tamaño y, por supuesto, el tiempo.Raptorex es varias decenas de millones de años más antiguo.
Sereno y su equipo de la Universidad de Chicago han examinado el esqueleto, dientes, pelvis, las patas delanteras y las traseras de este nuevo fósil-tesoro al que han bautizado como Raptorex kriegsteini y lo han comparado con los restos fósiles de T. rex. Concluyen que las características físicas del “esqueleto de los predadores” como R. kriegsteini eran sencillamente una escala reducida, con simples modificaciones en sus descendientes, cuya masa corporal pudo llegar a crecer ¡hasta 90 veces!.
Raptorex llegó al equipo de Paul Sereno desde un puesto de un mercadillo de China, donde algún granjero lo vendío a buen precio. El fósil procedia de uno de los territorios tres estrellas para los buscadores de dinosaurios, en Lujiatun Beds, al noreste de China. Se trata de un adulto joven, de entre 5 y 6 años, que mide 3 metros de cabeza a cola. T. rex medía 14 metros, más o menos como un autobús de línea. Sereno explica que, hasta ahora, se creía que los T. rex, dominatriX del planeta durante los últimos 25 millones de años del Mesozoico, evolucionaron a partir de otros gigantes carnívoros. La sorpresa con Raptorex es que esas características físicas tan eficientes estaban presente en dinosaurios de todos los tamañanos. Raptorex y los suyos vivieron hace 125 millones de años. ¿Que cómo los T-rex llegaron a adquirir el tamaño de un bus de línea? Eso, quizá, en el próximo capítulo de la investigación paleontológica.
[image id=»13092″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]La pata delantera, con dos dedos, de un T. rex adulto comprada con la de Raptorex
[image id=»13094″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Paul Sereo sentado entre el cráneo y la recreación del viejo Raptorex, de 125 millones de años.
Lorena Sánchez Romero