Las peticiones del diseñador eran tan peculiares que la marca se planteó crear una división para personalizar sus vehículos. BMW Individual es el resultado

BMW Individual nació gracias al shock que produjo Karl Lagerfeld en BMW cuando encargó su primer BMW 750 L. El diseñador quería un Serie 7, sí, pero con algunas «pequeñas» modificaciones que BMW, tras comprobar que no comprometían la seguridad, realizó. Nació así, en 1992, el primer BMW Individual de la historia.

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En los tres Serie 7 que Karl Lagerfeld encargó a BMW había neveras, faxes, reproductores de VHS, televisores, sofás cama, sistema de entretenimiento en los asientos traseros, bar, caja fuerte y dispensador de pañuelos.

Todo era especial en Lagerfeld y sus coches. Uno de sus BMW Serie 7 pertenecía a una pequeña edición de 899 que se produjo entre 1997 y 2000. Afortunadamente, tenía un potente motor de doce cilindros y 326 CV porque aquel BMW pesaba 220 kg más que el resto de la serie de tanto equipamiento extra como llevaba. La tapicería era de cuero marrón chocolate con las costuras en color naranja para que armonizara con la carrocería bicolor en tono Chestnut Brown y Gold Orange. Estilo en estado puro, como él mismo.

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Las peticiones de Karl Lagerfeld abrieron los ojos a BMW sobre una nueva línea de negocio para conductores caprichosos. Bajo el nombre BMW Individual crearon una división de personalización en la que los modelos topes de gama y sus clientes fueron los protagonistas.

Ahora, BMW Individual llega también a la Serie 1 y la Serie 2 con el color como gran reclamo. Hasta 120 tonalidades pueden elegir los compradores o encargar el que deseen si no lo encuentran en la gama. Pero, a diferencia de los tiempos de Lagerfeld y sus poco defendibles tapicerías de cuero, la preocupación de BMW en estos momentos es el medio ambiente. Adiós a la toxicidad en las pinturas. Bienvenidos los procedimientos sostenibles.

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Desde hace tiempo, las pinturas que ofrece BMW Individual, en lugar de utilizar derivados del petróleo, están fabricadas con materias primas renovables como los biorresiduos o los residuos de las plantas de tratamiento de aguas residuales. El resultado es el mismo que antes, pero con la diferencia de que ahora, además de reducirse el consumo de recursos fósiles, se evitan las emisiones de CO2 asociadas a la producción, el transporte y el procesamiento del crudo.

Pero todo esto tiene un precio. Entre 2.241 € a 3.547 € en las series más pequeña, además de un plazo de entrega de diez semanas respecto a otro modelo de serie.