El BYD Seal, cien por cien eléctrico, está decidido a revitalizar el placer de conducir un sedán. Y si es eléctrico, como es el caso, mejor que mejor

Wolfgang Egger es uno de esos tipos que todas las marcas de coches quieren tener en su departamento de Diseño. Su nombre es conocido en un sector en el que apenas quedan personalismos. Ahora los equipos de trabajo han sustituido a los artistas del cincel, a aquellos que eran capaces, con un solo trazo, de convertir en obra maestra lo que hasta ese momento era una maqueta de un automóvil sin alma. Pininfarina, Bertone o Giugiario exudaban una genialidad que encontró en el irrepetible Walter da Silva, gurú estético de Alfa Romeo, Seat y Audi durante años, un hilo conductor. Ahora, Wolfgang Egger retoma ese testigo. Sustituyó a De Silva en el grupo Volkswagen… hasta que los chinos de BYD se fijaron en él.

La mar de diseño

BYD, acrónimo de Build Your Dreams, venía de fabricar baterías para teléfonos móviles y le necesitaban. Precisaban de su capacidad de seducir al mercado, de darle lo que aquellos grandes diseñadores de la historia supieron transmitir a los automóviles de mediados del siglo pasado. Wolfgang Egger se puso a trabajar. El BYD Seal, una berlina deportiva de 4,8 metros, es su último trabajo. Está inspirado en el mundo marino. Su propio nombre, Seal, foca en inglés, es una muestra de ello. Lo mismo ocurre con los grupos lumínicos traseros en forma de gota o las ópticas inferiores delanteras inspiradas en las olas del mar. Todo fluye bajo las manos de Egger para lograr un coeficiente aerodinámico de 0,219 Cx, de los mejores del mercado.

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La mano de dios, perdón de Egger

Egger ha trasladado toda su experiencia en materia del diseño al interior del Seal y ha creado un entorno en el que lo primero que llama la atención son dos pantallas. La primera, de 10.25”, actúa como cuadro de instrumentación y la segunda, giratoria de 15.6”, para accionar determinadas funciones del coche y el sistema de entretenimiento. Pero superado el primer golpe de efecto, lo realmente relevante del BYD Seal es el espacio en las plazas traseras. A ellas se accede gracias dos puertas de gran tamaño iguales a las delanteras. Todo destila calidad porque BYD, entre otras cosas, tiene que luchar con el sambenito de ser chino. Y eso marca mucho.

El BYD Seal, cien por cien eléctrico, es como un muestrario de todo lo que el fabricante chino es capaz de hacer

Por eso el BYD Seal, cien por cien eléctrico, es como un muestrario de todo lo que el fabricante chino es capaz de hacer. 90.000 técnicos ingenieros y la capacidad de la marca de registrar cinco patentes diarias hasta tener un total de 30.000 propias es lo que lo han hecho que este coche sea una alternativa a vehículos como el Hyundai Ioniq 6 o el Tesla 3.

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Es tiempo de las berlinas

Primero fueron los monovolúmenes los que eclipsaron a las berlinas. Más tarde, los SUV acapararon el protagonismo del sector a pesar de su deficiente aerodinámica, elevadas inercias y consumo mejorable. Parecía que no había otra cosa en el mercado y que las berlinas habían pasado a mejor vida. Pero el mercado reaccionó, con tibieza, pero reaccionó y a partir de 2020 este tipo de coche con longitudes en torno a los cinco metros empezaron a captar el interés de los consumidores. Hyundai con el Ioniq 6, Volkswagen con el ID.7, BMW con el Serie i5 y BYD con Seal, todos eléctricos recién lanzados y todos candidatos a los premios Women’s World Car of the Year, quieren poner otra vez de moda esta carrocería. ¿Cuál es el reto? Ofrecer una gran habitabilidad.

Todo abajo

El desafío no será grande para el BYD Seal porque las baterías se sitúan de forma longitudinal entre los dos ejes, una configuración que libera mucho espacio. Tanto, que el coche cuenta con dos maleteros, uno delantero de 53 litros y otro trasero convencional de 400 litros. Pero además la batería del BYD tiene otra ventaja sobre sus competidores. Es muy delgada, apenas 110 milímetros de altura todo el paquete. Por eso en el Seal no se nota ese suelo tan sobreelevado que los pasajeros encuentran en otros modelos. Compuesta por 172 finas celdas alargadas dispuestas como cuchillas, la Blade Battery, que puede llegar a los 5.000 ciclos de carga, prescinde del cobalto, un material que suscita mucha polémica por su impacto medioambiental y por las duras condiciones de su extracción.

Aquí hay donde elegir

En la versión de acceso con tracción trasera, el motor de 230 kW (313 caballos) se sitúa en el eje posterior. Hace el 0-100 en 5,9 segundos, ofrece una autonomía entre 570 y 690 km, y su consumo oficial se sitúa entre 16.6 y 13,8 kWh/100 km. La versión más potente sube hasta los 390 kW (530 CV) y destaca por su gran capacidad de aceleración: 3,8 segundos para alcanzar los 100 km/h. Aquí la tracción, debido a que lleva un motor en cada uno de los ejes, es a las cuatro ruedas, el consumo se establece entre 18,2 y 15,8 kWh/100 y la autonomía, en función del trazado y el tipo de conducción, entre 520 y 600 km. El BYD Seal está disponible a partir de 46.990 euros.