Hacer frente a la marea negra del Golfo de México no va a ser tarea fácil. Los responsables de la plataforma petrolífera de la que se ha escapado el crudo, British Petroleum (BP), trabajan a destajo para cerrar el pozo con cuatro submarinos robotizados, a 1.500 metros de profundidad.

Mientras tanto, la mancha sigue aumentando y se estima que ya alcanza un tamaño similar a la superficie de Puerto Rico. A medida que se conocen más datos, se cree que el escape es mayor de lo que parecía al principio: algunas fuentes hablan ya de un derrame de cuatro millones de litros diarios, lo que podría convertir a esta marea negra en la peor de la historia de EEUU.

Varios cientos de barcos y aviones están trabajando para contener la mancha en la superficie del mar. La Guardia Costera ha extendido barreras flotantes de contención en el agua para absorber el petróleo y tratar de impedir que el crudo contamine la costa. BP ha firmado contratos con más de 200 pescadores para proteger la franja costera con barreras flotantes. Mientras, otros pescadores han decidido lanzarse motu propio. Lamentablemente, el estado de la mar no está facilitando las tareas.

Por otra parte, se está utilizando una nueva técnica a base de disolventes químicos que que dispersa el combustible flotante. En esta tarea trabajan ya unas 2.000 personas y unos 75 barcos, que recogen el crudo de la superficie y aplican los productos para disolverlo.

Asimismo, se está construyendo una gigantesca estructura para contener el vertido, que podría estar instalada entre «seis y ocho días», según la multinacional petrolera. Se estima que el costo de la operación y el posible daño que podría causar el derrame sería de miles de millones de dólares.

El presidente Obama ya ha señalado que BP tendrá que hacerlo frente como responsable. No obstante, también ha prometido destinar «todos los recursos posibles y durante el tiempo que haga falta». Obama también ha señalado que no se permitirán nuevas zonas de perforación hasta después de una revisión sobre el derrame.

Redacción QUO